Una pequeña isla, situada en el Atlántico, habitualmente en una zona por la que pasan los huracanes, se ha quedado sin turistas. Sin turistas pero con infinidad de mensajes de apoyo: “Esperemos que les haya ido bien”. La razón de la catástrofe económica es que esta pequeña isla ha sido protagonista de lo que se suele llamar “trending topic” o, si lo prefieren, “fenómeno viral” de las redes sociales, a raíz del huracán Irma, que, como todos saben, destrozó casi totalmente un montón de islas del Caribe para terminar por disolverse en las costas occidentales de la península de la Florida, en Estados Unidos.
Sólo hay un pequeño detalle que convierte todo esto en noticia: la isla afectada por la pérdida de turistas tenía motivos este año para estar feliz porque había conseguido evitar todos los huracanes y salir indemne. Pero, sin embargo, Bermuda se ha quedado sin viajeros.
¿Por qué?
Los americanos, los principales clientes de la minúscula isla, han confundido Bermuda con Barbuda. Las dos empiezan por B, las dos acaban en “uda”, pero la primera está intacta y la segunda, junto con su hermana Antigua, han sido arrasadas.
Y como han confundido Bermuda con Barbuda, se ha desatado una campaña de solidaridad con la isla no afectada por el huracán, al tiempo que los viajeros han desaparecido. Exactamente un castigo debido a los tiempos de hoy, donde las redes sociales, aunque digan mentiras, son las que mandan, son las que deciden.
Unos 3.000 turistas cancelaron sus vacaciones en Bermuda, lo cual en un territorio tan pequeño equivale a quedarse sin viajeros o con un severo problema de ocupación hotelera. Para más ironía, muchos enviaron mensajes a la isla diciéndoles “Espero que salgan adelante”, “Os deseo que os recuperéis”. No, no va a ser fácil recuperarse de tamaño error.
El director general de Turismo de Bermuda, Kevin Dallas, explicó a Bloomberg que “este es un recordatorio de que el Caribe nos influye a nosotros de forma decisiva”, pese a que Bermuda ni siquiera está en el Caribe.
Para quienes tengan interés en estudiar cómo van estas cosas de las redes sociales, hay que decir que Bermuda ha hecho todo lo posible por responder, por aclarar, por explicar que ellos están a 1.500 kilómetros de Barbuda y que no habían sufrido ningún huracán este año. Pero los resultados han sido más bien modestos. Porque, una vez que las redes lanzan un mensaje, los usuarios esperan pasar a otra historia, no que les desmientan lo que han leído.
Ningún esfuerzo de lo que ha hecho la autoridad turística de Bermuda ha sido capaz de paliar los efectos de Twitter y de Facebook, contra el que prácticamente no se puede actuar, salvo que se disponga de un ejército de usuarios colaboradores, que no es el caso. Dallas, el director de la agencia turística admite que “una vez que el genio de las redes sociales sale de la bolsa, no es fácil devolverlo a su interior”.
Tras 19 meses de mejora de sus cifras turísticas, Bermuda tuvo su peor mes de septiembre en años, aunque ahora parece que empieza a recuperarse.
La prensa especializada en turismo de Estados Unidos está estos días inundada de reportajes y noticias sobre la dramática crisis de Bermuda, intentando explicar a los turistas la diferencia entre la isla afectada y esta.
En efecto, Barbuda sí ha sufrido no uno, sino dos huracanes, porque después de Irma llegó José, que también causó daños cuantiosos. El 90 por ciento de las viviendas de la isla desaparecieron y muchos de los afectados tuvieron que refugiarse en la vecina Antigua que, aunque también sufrió el huracán, no quedó arrasada.
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