El peso de los turistas obesos, un gran problema para las burras de Santorini

En Mallorca, los animalistas se quejan de que los caballos de las calesas que recorren el centro de la ciudad pasan mucho calor en verano. En Santorini, no. Una de las más bellas islas del Egeo tiene ahora un problema con sus burras, pero no es el calor, aunque también tiene encendidos a los animalistas.

El alquiler de las burras está cada vez más en cuestión, pero no por el calor sino porque los animalistas dicen que los turistas cada día están más gordos, especialmente los del Reino Unido, Estados Unidos y Rusia. Las burras, que hacen un recorrido muy empinado para llegar a las vistas más impresionantes, alejadas de Fira, la capital, tienen que escalar a veces 400 metros, acarreando las pesadas moles que son algunos de los viajeros.

Estos viajes son especialmente populares con los viajeros de los cruceros. Es posible hacer el trayecto en un teleférico, pero la burra les gusta más porque es el animal que históricamente hacía los ascensos.

Los animalistas dicen que estos viajeros obesos provocan problemas en la espina dorsal en las burras, además de estrés. No sólo son los locales quienes están armando el follón sino también extranjeros que no pueden resistir el espectáculo que sus compatriotas están generando. A su queja añaden la falta de sombra y de agua o comida.

La queja incluye la conducta de los propietarios de los animales, a quienes, dicen, no parece importarles el peso que llevan sus burras. “El peso que debe cargar un animal no debe ser superior al 20 por ciento de su propio peso”. No quieran saber lo que pesan algunos viajeros rellenos de hamburguesas y cervezas.

La cuestión es más complicada cuando hablamos de que los burros son usados para transportar material de construcción, neveras y lavadoras para los residentes en zonas inaccesibles.

Más allá del problema con sus animales, Santorini sufre tal presión demográfica que se ha convertido en un lugar saturado y con atascos de tráfico permanentes. Se ha limitado el número de pasajeros de cruceros que visitan la isla (8.000 por día), pero el efecto no ha sido notable.