París, cerrada al turismo en otra jornada de violencia y detenciones

Parálisis completa de la ciudad de París. Setecientos detenidos, más de treinta mil manifestantes y, de nuevo, escenas de violencia a lo largo y ancho del país. Los turistas tuvieron que permanecer encerrados en sus hoteles, en una situación que se extiende por cuarta semana consecutiva. Los empresarios del sector están aterrorizados porque los efectos sobre la imagen de Francia y de la capital serán duraderos. Los cabecillas del movimiento anunciaron ayer que las protestas no cesarán hasta que el Gobierno no rectifique completamente su política.

El fin de semana fue un poco menos violento que la semana pasada pero, no obstante, setecientos detenidos son un indicador de que la capital francesa está teniendo problemas gravísimos. No han funcionado los transportes, han cerrado las atracciones turísticas, los comercios tampoco han abierto sus puertas –sobre todo en las zonas céntricas–, los parques fueron clausurados y el ambiente fue de máxima tensión, con una presencia masiva de efectivos policiales, como ha venido informando preferente.com (París, cerrada a cal y canto ante la batalla con los chalecos amarillos).

Si tras las primeras protestas las cancelaciones turísticas fueron del 20 por ciento, ahora estamos ante un problema más prolongado que puede afectar a la economía del país. Hay que recordar que Francia y especialmente París tiene una gran presencia en el mercado del turismo chino y japonés que, habitualmente, ante conflictos de este tipo, suele retraerse rápidamente. En la última crisis, cuando los terroristas islámicos atentaron en varios puntos del país, una víctima inesperada del problema fue Air France, la aerolínea que transporta una parte importante de estos viajeros de Extremo Oriente.

Dado que estamos sólo en la cuarta semana de manifestaciones, es pronto para saber la dimensión completa de la crisis, pero los empresarios ya acudieron al ministerio de Economía para entrevistarse con su titular, Bruno La Maire, porque los efectos son devastadores. La Maire admitió que la situación es grave.