Los británicos ahorrarían antes en cenas que en viajes

 Ya se sabe que los economistas siempre aciertan en sus pronósticos el día después de que haya sucedido algo de relevancia. Por eso, tal vez, durante años estuvieron pregonando que no era recomendable que una región apostara por el turismo porque era un negocio efímero, volátil, que se podía perder igual que se podía captar. El argumento de fondo es que es un gasto innecesario por lo que los turistas pueden dejar de visitar una región en cualquier momento.

Sin embargo, los años han demostrado que el gasto turístico es estable y que los viajeros prefieren limitar muchos gastos antes que unas vacaciones anuales. Esto es lo que dice un estudio que acaba de hacer pública la patronal de las agencias de viajes británicas, ABTA, que dice que un viajero inglés tiene más posibilidades de que cancele sus salidas a cenar en su país a que renuncie a sus vacaciones anuales, normalmente en el extranjero.

El 13 por ciento de los residentes en Gran Bretaña admite que recortaría sus viajes para ahorrar dinero, pero, sin embargo, un 25 por ciento preferiría dejar de salir a cenar en su país, un 18 por ciento aplicaría el ahorro a la compra de ropa y un 17 por ciento en la compra de artefactos electrónicos.

No, no es una cosa de los viejos que los jóvenes van olvidando sino que precisamente los más jóvenes son aquellos para quienes las vacaciones son más importantes. Un tercio de los que tienen entre 18 y 24 años cancelarían sus cenas y sólo un 6 sus viajes turísticos. Igualmente, un tercio de las familias que tienen niños prefieren no salir a cenar antes que reducir el dinero que dedican a viajar.

No es nada que hoy en España no hayamos comprobado a lo largo de una interminable sucesión de crisis y recesiones, pero no deja de estar de más comprobarlo con encuestas nuevas y fiables.