A todos los candidatos a presidir la Comisión Europea y al Gobierno de Holanda, este lunes se sumó el gobierno francés en su pedido de suprimir la exención fiscal sobre el combustible de aviación. En Europa, el queroseno de aviones no tiene ningún impuesto, lo que permite que volar sea en teoría más barato (Por qué Europa implantará en breve una tasa sobre la aviación).
Este lunes el gobierno de Emmanuel Macron pidió a la Unión Europea que acabe con la exención fiscal para reducir así las emisiones de CO2. Francia, en cambio, se ha negado a limitar los vuelos en su país.
El ministro francés del Medio Ambiente, François de Rugy, explicó que no se puede sostener la convención de 1944 que no permite gravar el combustible de aviación. “Esto se tiene que cambiar; es una prioridad que nosotros planteamos a la próxima comisión”, dijo.
El movimiento de los chalecos amarillos, que lleva ya medio año protestando todos los sábados en las calles de las ciudades francesas, entre otras cosas pide que se aumenten los impuestos en el combustible de aviación, especialmente en los vuelos domésticos para promocionar los viajes en tren.
Sin embargo, los mismos chalecos amarillos nacieron en protesta contra la decisión de París de subir el precio del gasoil, mediante impuestos, al considerarlo un combustible contaminante. El gasoil, dice el movimiento de los chalecos amarillos, es fundamental para el transporte y para la agricultura.
La oposición en Francia pide prohibir los vuelos domésticos en los trayectos en los que hay enlaces con trenes de alta velocidad. En todo caso, los vuelos que siguen operando en esos casos son marginales. El ministro de Medio Ambiente se opone a esta medida diciendo que si esto se aplica, dentro de Francia no se podría volar.
Como todos sabemos, dejaremos de coger el avión por pagar un impuesto, a que sí, no es por cobrarnos otro impuesto más.