Tui ha acentuado el cambio de modelo de negocio pasando de ser un turoperador tradicional a un proveedor de servicios integrado, con su propia cadena de hoteles, de cruceros y una división de actividades en destino, tal y como ha señalado su consejero delegado, Friedich Joussen.
Esta estrategia, que busca aminorar la crisis de la Boeing 737 Max que le ha costado 130 millones en el último ejercicio fiscal, se basará en dos pilares que serán la columna vertebral del nuevo grupo: hoteles y cruceros.
Este objetivo, según informa Cinco Días, choca, sin embargo, con el importante peso que la división aérea tiene aún en la facturación, pero no así en el beneficio. En el último ejercicio fiscal, Tui facturó cerca de 19.000 millones de euros, de los que 15.990 millones (un 84,4% del total) correspondieron a la división ligada a las aerolíneas, lo que supone un 14,7% del total del beneficio (Tui en 2022: más venta on line y menos turoperación).
Sin embargo, hoteles y cruceros facturan muy poco, pero dejan mucho beneficio, como ha sido el caso de la división hotelera, en la que se integran los 99 establecimientos de Riu, de los que su facturación supusieron el 3,4% del total, pero los 451 millones de beneficios equivalieron al 50,5% del resultado. También la división de cruceros deja mayores márgenes, comparando su cifra de negocio (966 millones, un 5,1% del total) con la de su beneficio (366 millones, un 40,9% del total).
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