Lavazza, la empresa cafetera italiana, y KLM Royal Dutch Airlines firmaron este miércoles un acuerdo por el que la empresa cafetera se adhiere al programa de combustible biológico de la aerolínea holandesa. El objetivo es proporcionar suficiente material orgánico para poder producir el combustible para operar los aviones. Estos restos, en este caso cafeteros, reducen la contaminación un 85 por ciento en relación a los gases que se emiten usando combustible convencional.
Igual que Holanda está muy comprometida con el medio ambiente, KLM es de las aerolíneas que más esfuerzos lleva a cabo. El problema de KLM es que no hay suficiente combustible obtenido de residuos orgánicos, o biocombustibles. Por ello, la compañía necesita la implicación de otras empresas que puedan aportar este material. Para Lavazza también es un ‘punto’ porque la posiciona en el mundo de la sostenibilidad, tan importante para el consumidor de los mercados europeos de hoy.
"Klm - explicó el vicepresidente para Europa del grupo franco-holandés Barry ter Voert - cree que la producción de combustible a medio y largo plazo para la aviación sostenible (Saf) es fundamental para la reducción de CO2 en el sector de la aviación". "Al colaborar con empresas como Lavazza, agregó, podemos lograr nuestros objetivos mucho más rápido". El objetivo es "aumentar la disponibilidad de combustible para la aviación sostenible a gran escala y, por lo tanto, hacer que su precio sea más competitivo que los combustibles fósiles tradicionales".
Por Lavazza habló Mario Cerutti, el jefe de Relaciones Institucionales y Sostenibilidad, que dijo que "el objetivo es implementar la sostenibilidad a lo largo de toda la cadena de valor. Este acuerdo encaja perfectamente en el camino del desarrollo responsable que hemos estado buscando durante algún tiempo".
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