Ayer recibí en mi correo electrónico una carta de Jacob Schram, director general de Norwegian. No nos conocemos, lo cual entre otras cosas explica que se dirija a mí como “Querida Javier”. Schram escribe una carta que, siendo educada y muy estudiada, no evita un tono desesperado. O eso es lo que percibo yo.
Schram cuenta en su mensaje que “este es un momento desafiante para toda la industria de la aviación y, lamentablemente, le está afectando a ustedes, nuestros clientes.” Obviamente, quiere decir que está afectando a Norwegian, porque los viajeros, al fin y al cabo, sólo perderán un billete en el peor de los casos; Norwegian puede perderlo todo.
Añade algunos tópicos y después explica que “hemos introducido procedimientos de limpieza mejorados” y “si se produjeran casos sospechosos de coronavirus a bordo, nuestros tripulantes están capacitados para gestionar con dicha eventualidad”.
Uno tiene que ser comprensivo con esta mentirijilla, porque si los tripulantes de Norwegian estuvieran capacitados para gestionar el coronavirus, mejor que se vayan a los hospitales donde ni los médicos tienen tratamientos para este virus maldito.
Inexactitudes aparte, el mensaje de Schram es, como muchos otros que estos días mandan las aerolíneas a los viajeros: un intento para disipar las dudas que pueda haber sobre sus servicios. Es un grito angustioso de “viaje, que todo es normal”, cuando nada es normal. En España, hoy, no se puede llegar legalmente al aeropuerto, menos viajar. Pronto ocurrirá lo mismo en otros países que han sido capaces de controlar mejor los picos de la enfermedad pero que, desde luego, tampoco pueden pararlo.
Entre las víctimas de esta locura están las aerolíneas, cuya situación en general es horrible pero que, en el caso de las que tienen debilidades previas, como Norwegian, el desespero es absoluto.
Les confieso, me da pena y me inspira cariño. Schram no es el culpable de la herencia de Kjos, con sus cosas buenas y su deuda insoportable.
A ver si ocurre un milagro. Pero muy grande, desde luego.
Le tenéis mucha manía a Nas. Con la que está cayendo. Cuál es el motivo de sacar algo negativo cada tres cuatro días?
Hola Javier,
Como usuario de la aerolínea también recibí el correo del Sr. Schram y no puedo más que sonreír al leer tu respuesta, pues si bien uno piensa lo mismo, tu lo sabes describir perfectamente. Tengo ya comprados mis billetes desde Febrero y lo del virus se los lleva por delante si no es que el Gobierno noruego les hecha un cable. Lo de los 737-800, una puntilla. Norwegian no me parece una mala low-cost. Desconozco interioridades de gestión. No sé si han tenido mala suerte o qué. En fin, espero volar con ellos en Agosto aunque a los días de la compra ya me avisaron que la vuelta será con otra aerolínea. Malos tiempos.
Saludos,
Querida Javier, esa carta la están mandado todas las compañías, y sí dices algo de pasada, pero no entiendo por qué centrarlo en Norwegian, salvo quizás pq te dé visitas al artículo
Es una carta que lo único que hace es mentir,una vez más,algo muy común en Norwegian.
Parece que los fanáticos de Norwegian les gusta vivir en la mentira y su percepción de la realidad está francamente deteriorada.
Mucha suerte cuando la realidad acecha.?
Que viene, que viene..