En parte desde finales de 2011, claramente a partir de 2012, miles y miles de empresas hoteleras pequeñas y medianas de España, se lanzaron a modernizar sus establecimientos, sus edificios, a ponerlos al día. No habíamos terminado de salir de la crisis de 2008 cuando nuestras empresas de alojamiento, en una apuesta ejemplar, se pusieron a invertir en los ladrillos, en el diseño, en adaptar el producto a la demanda, en estar al día.
Los grandes mayoristas europeos, los tour operadores, los que cada día están en contacto con el cliente final, han reconocido este esfuerzo en mil ocasiones, especialmente cuando han tenido que pagar un poco más por el producto español, especialmente de algunas zonas de las costas de este país. Han admitido esa diferencia con prácticamente cualquier otro destino de turismo vacacional de masas del Mediterráneo.
Algunos expertos turísticos, algunas consultoras que han investigado la inversión, han comprobado que en su segmento, España dispone de una oferta vacacional óptima, no sólo por precio –como es fácil de que ocurra– sino por producto, como únicamente puede tener lugar cuando se han hecho inversiones, cuando se ha avanzado. Una estructura concebida entre los sesenta y los noventa del siglo pasado está hoy en estado de revista para competir como nunca antes.
Por eso, sea en la parte final de la temporada de 2020 o sea en la totalidad de la temporada de 2021, el turismo volverá a España con más interés que a cualquier otro destino. No es un tema de preferencias desinteresadas, es una cuestión de oferta y demanda: a mejor producto, más capacidad para ‘conquistar’ las preferencias del cliente.
Esta es una realidad hoy oculta en un fenómeno fuera del control de España –por mucho que algunas cosas fueran muy mejorables– pero que volverá a emerger.
Por esto, que el presente oscuro no disimule un potencial que sólo necesita de la calma para recuperar su dimensión real.
Solo ver lo que en algunos países dan categoría de 3 y 4 estrellas en España tendrían una categoría inferior o sin categoría
De ilusión también se vive...
Me alegra escuchar una noticia optimista. Muchas voces, o mas bien, muchas letras dicen, que despues de esto seremos mejores personas, valoraremos mas la familia, los amigos, seremos mas pacientes, tolerantes, solidarios, etc en el aspecto humano; en cuanto al turismo o viajes que no se reactivara tan pronto porque no habra dinero ni vacaciones, y que nos moveremos cerca de nuestras casas. Pero sinceramente creo y tambien lamentablemente, las personas buenas sacaran lo mejor y las malas lo peor. Pero no hay mas cambios. Estamos viendo estafas, insultos a gente que sale por necesidad y quien se aprovecha de las salidas. Asi que al final todo volvera a su sitio y seguiremos teniendo ganas de conocer, el que pueda, todo lo que el mundo ofrece. Porque en esta guerra por muy unidos que estemos habra perdedores y ganadores como en todas