No solo existe la Desunión Europea— ¿al final van a llevar razón los británicos desafectos del europeísmo?— sino que también contamos con la desunión española, puesta de manifiesto este miércoles en el Congreso de los Diputados y, en cierta medida, con la desunión empresarial del sector turístico español. Por si fuera poco.
Algunos miembros de la UE no son partidarios de ayudar a España y a otros Gobiernos que no han hecho bien sus deberes, aquellos que han gastado el dinero público sin control y a espuertas. Con o sin razón, ahora no es el momento de ser insolidarios, sino de superar como hermanos un grave problema que afecta a todos.
La falta de unión en nuestro Parlamento es un fiel retrato de la sociedad española, que sigue dividida a pesar del civismo y de las buenas formas que los confinados están demostrando estos días. Los mensajes y vídeos en las redes de los simpatizantes de unos y otros partidos es una prueba de la existencia de las dos (o más) Españas.
Las organizaciones empresariales del país están dando la talla, desde la CEOE a Foment, Pymes, autónomos, etc, con la excepción de algún resabiado que usa las televisiones adictas al Gobierno para arremeter contra la falta de rigor y formación de “algunos colegas que se están aprovechando de la crisis con los ERTEs”. Costas, dixit.
¿Y la clase empresarial turística, está apiñada? ¿Caminan de la mano todas las asociaciones, los lobbies y los dirigentes más renombrados? Apiñados lo que se dice apiñados deberían estar aún más las organizaciones y los centros de poder turístico privados. Y juntos lo que se dicen muy juntos no marchan nuestros dirigentes.
Esa es la triste realidad, nos guste o no. La gran patronal de los hoteles, Cehat, la más castigada y con un activo y buen presidente, va por un lado, y los lobbies, con magníficos y muy cualificados presidentes, van por otro. Alguien debería aunarlos a todos para encarar juntos el momento más doloroso de la historia del Turismo.
Hay constancia de un intento de reunión de grandes lideres promovido por parte de uno de sus miembros para tratar de transitar unidos, pero resultó un intento fallido: hubo poca o más bien nula receptividad entre los consultados y, sobre todo, un cerramiento en banda incomprensible e impensable en una situación de crisis total.
Es hora de aparcar los egos, los celos, las disputas, los rencores... ¿Por qué con un tema menor en comparación con este cómo fue la ecotasa se unieron por encima de intereses particulares y en una situación tan crítica como esta se distancian, por un lado, las organizaciones con los lobbies y, por otro, los empresarios entre sí?
La historia de la grandeza y miseria del Turismo no ha hecho más que empezar.
Sr moderador, me gustaría que el Sr.J. M. P. R, que es a quien iba dirigido mi comentario pudiera leer mi opinión. Así que, por favor publiquela...
Creo que la democracia y el periodimo se sustentan, entre otros valores, en la confrontación de ideas