Un servidor ha intentado seguir viajando con la mayor normalidad posible, una vez que se ha acabado el confinamiento. He recorrido bastantes lugares de la Península y, ahora, tras haber hecho incontables planes, haré una escapada internacional.
Sin embargo, ni siquiera mis buenas intenciones pueden disimular el maremágnum normativo y la confusión que reina en todo esto y que es culpa de los políticos europeos, sumidos en un caos que debería avergonzarles. No estoy diciendo que haya demasiados controles, que eso sería para otro artículo, sino que cada uno atiende a una cosa diferente, incluso en algún caso en flagrante contradicción con el anterior.
Las medidas y los controles que exige Francia, las que exige España, las que establece Alemania, Italia o Gran Bretaña son tan diferentes las unas de las otras que no es posible tener la certeza de que uno está en lo correcto, de que cumple las normas, de que se ha acordado de todo.
Si esta incertidumbre no fuera suficiente, las normas cambian constantemente. Yo, dado que los españoles somos rechazados en casi todo el mundo –la reducidísima lista de destinos a los que podemos volar es bastante divertida, al incluir Siria, Albania, Afganistán, Corea del Norte y alguna otra maravilla por el estilo--, había inicialmente previsto viajar a Polonia. Pero Polonia, de improviso, suspendió todos los vuelos con España. Así que me decidí por uno de los tres únicos países europeos a los que podemos viajar sin demasiadas complicaciones: Francia, Portugal y Suecia. Pero ahora, unas semanas después, Polonia ha vuelto a cambiar todo y ahora nos deja entrar.
Muchas aseguradoras de viajes, de las relevantes, no se han molestado en modificar su página web e informar sobre el tratamiento que dan al coronavirus en sus pólizas. Cierto que hay otras que se han adaptado, pero estamos hablando de que viajar hoy tiene mil riesgos que se han de estudiar para no terminar con una factura demoledora.
O sea, comprendo que todo el mundo quiere recuperar algo de normalidad, pero si Europa no se toma en serio esto de simplificar y homologar el caos normativo, entonces los intentos serán inútiles. Sólo alguien como yo, empeñado en viajar, puede sortear tantos obstáculos. A ver si al final ha habido suerte.
(Aunque, les recuerdo que hoy los españoles tenemos una ventaja: en cualquier lugar al que vayamos, el riesgo es inferior al que tenemos en casa, lo cual siempre es un consuelo.)
Yo estuve este julio en Luxemburgo, ningún problema, y 0 restricciones.
También podemos ir a México,y a muchos países de América: Brasil, República, Dominicana.Lueho también está en otro lado, Turquía, Egipto y mucho más.
No es todo Europa compañero.
¿Muchos paises de América?, o usted no sabe sumar y restar o mi apreciación de muchos es diferente a la suya. Tres paises de América, más Ecador con PCR es una escasa minoría, y teniendo en cuenta que los nacionales de esos paises en concreto, además del resto excepto uno no pueden entrar en la UE además implica un problema, ausencia de vuelos.
Precisamente, leo ahora en Preferente que desde ahora, quienes procedemos de una zona de riesgo no nos podemos alojar en un hotel en Alemania. Hasta ayer sí, desde un día de estos, no. Cambios constantes. Hasta ayer, bastaba con pasar el control de PCR, ahora tampoco basta.
Se refiera a zonas de riesgo interiores alemananas, no del esto de orígenes. Sería absurdo que te pidan un pcr negativa para entrar y que no te pudieras alojar en un hotel; entonces, una PCR, ¿para qué?.