Una publicación local española dedicaba hace unas semanas varias páginas a explicar los siete cambios que generaría la aprobación del Brexit. Un servidor se leyó la lista de cambios, sin que ninguno de ellos aportara ni tuviera la menor significación.
Esta publicación explica que las exportaciones a Gran Bretaña son el 3,4 por ciento del Producto Interior Bruto español y que el Brexit tendría una gran importancia en este sentido.
No me voy a referir sólo a esta publicación sino al conjunto de los medios de comunicación que, durante meses y años, han venido convirtiendo este asunto en un drama.
Yo pienso que, efectivamente, el Brexit tiene alguna importancia. No es un asunto baladí. Pero no creo, para nada, que pueda cambiar la historia de España y del mundo, ni siquiera que merezca los ríos de tinta que han corrido.
Las empresas, la economía y la sociedad están en constante evolución. Que Gran Bretaña ya no pertenezca a la Unión Europea significa que no será tan absolutamente fácil comerciar, pero hay que contar con que, sin embargo, no habrá ninguna clase de impuestos ni de limitaciones. Sólo que habrá que presentar certificaciones de las operaciones. Si España comercia sin problemas con Rusia o con Marruecos, donde hay obstáculos de diversos tipo, ¿qué puede cambiar en nuestra relación con Gran Bretaña?
El asunto es aún más relevante para el turismo: España –Portugal, Chipre, Malta, Italia o Grecia-- son destinos a los que los británicos han viajado desde siempre. ¿Las mínimas diferencias que ocurrirán a partir de enero supondrán una pérdida de valor para nosotros? Es decir: ¿será más atractivo para un turista ir a Turquía o a Egipto que a España a partir de enero? En absoluto. El turista podrá seguir viajando en las mismas condiciones, con cambios que él no apreciará.
Incluso se mantiene el modelo de asistencia sanitaria pública por el que los titulares de la sanidad pública de ambos bloques pueden disfrutar –me parece que en los hospitales no se disfruta, pero creo que nos entendemos-- de los servicios en el otro bloque cuando se encuentren allí.
No querría dejar de denunciar la histeria que consiste en publicar y publicar noticias, a veces absurdas, sobre los tremendos efectos de la ruptura, efectos que no ocurren nunca.
Este medio en concreto decía “siete cambios que afectarán a España”, como si alguien en nuestro país, a partir de enero fuera a notar algo significativo.
No estaría de más, desde luego, un poco más de responsabilidad. Y me incluyo.
Totalmente de acuerdo. No va a resultar un cambio traumatico. Pequeños cambios burocráticos