Europa apuesta por un pasaporte único que acredite la vacunación

La presidenta de la Comisión Europea tal vez no le haya contestado aún al primer ministro griego, Mitsotakis, cuando este le pidió que aprobara un pasaporte único para demostrar en toda Europa que los viajeros estaban vacunados pero, sin embargo, le ha dado razón, en una rueda de prensa que mantuvo conjuntamente con el primer ministro portugués, en Lisboa, en la que afirmó que “los pasaportes de vacunación son la única solución para el futuro del turismo tras la pandemia”.

Úrsula von der Leyen, que asistía a la cumbre de la Unión en Lisboa, añadió que la única solución es esta, de forma que se pueda acreditar de forma inequívoca que el viajero ha sido vacunado.

“La vacunación –añadió la alemana– es una necesidad médica. El certificado tendría que ser reconocido por la Organización Mundial de la Salud. Entonces tendríamos que establecer qué podemos hacer con el certificado y qué libertades permitimos. Habrá que discutirlo. Debe ser una obligación médica que haya un certificado para los vacunados”. 

El primer ministro griego se lo había solicitado para evitar la dispersión de posturas en Europa, pero en Francia la respuesta inicial fue que no les parecía bien separar a las personas según estén o no vacunadas, porque consideraban que era una forma de discriminación. En todo caso, ese posicionamiento lo había hecho un ministro de segundo nivel, sin que el presidente Macron se haya pronunciado.

Por su parte, desde ayer Antonio Costa, el primer ministro portugués es el presidente de la Unión. En un discurso un tanto irreal dadas las preocupaciones actuales de Europa, dijo que “Es hora de actuar: un entorno digital justo, verde y de recuperación”. Aunque no parece que hoy haya muchos europeos esperando otra cosa más que salir de la epidemia, Costa dijo que la recuperación europea será una cuestión nacional: “Cada parlamento nacional debe aprobar sus planes de recuperación con urgencia y presentarlos ”

Antonio Costa, en otro momento de su intervención dijo que “la gente necesita sentirse segura para venir de vacaciones o a trabajar y vivir en Portugal este verano”, exactamente las mismas preocupaciones que tienen todos los países turísticos.