La Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro, Ashotel, hizo hace unos días un nuevo intento de trasladar a las corporaciones locales, a través de la Federación Canaria de Municipios (Fecam), la grave situación por la que atraviesa un alto porcentaje de establecimientos hoteleros, cerrados desde el pasado marzo por la pandemia, pero que siguen abonando tasas e impuestos por servicios que no se prestan por ese cierre de la actividad.
El presidente y el gerente de la patronal hotelera tinerfeña, Jorge Marichal y Juan Pablo González, respectivamente, se reunieron el jueves en la sede de la Fecam en la capital tinerfeña con la gerente de esta entidad, Rosa Morales, y de forma telemática con el presidente de la comisión de Turismo, el también alcalde de Santiago del Teide, EmilioNavarro.
Los representantes de Ashotel lamentaron que la inmensa mayoría de los 23 ayuntamientos de la provincia tinerfeña con los que se puso en contacto por carta el pasado abril ni siquiera han respondido casi 10 meses después. “Han estado de lado” en esta grave situación que atraviesan muchas de las empresas hoteleras, “que pasan ya de tener problemas de liquidez a problemas de solvencia”, afirma Jorge Marichal.
“Si la norma no permite exonerar, sí permite subvencionar cantidades equivalentes a esos impuestos”, apunta Marichal. Como ejemplo de parte de la carga fiscal que soporta un establecimiento de 4 estrellas de Tenerife con 200 habitaciones, la factura anual de la tasa de basura ronda los 26.000 euros y la de IBI, unos 100.000 euros.
Entre las casuísticas más graves e injustas, Ashotel explicó a los representantes de la Fecam que es incomprensible que se siga cobrando el mismo recibo por la tasa de basura, cuando muchas de estas empresas están cerradas desde marzo y no han generado ni un solo kilo de residuos.
Entre las explicaciones recibidas por parte de los ayuntamientos que han tenido a bien responder a Ashotel es que la legislación no les permite dejar de cobrar las tasas e impuestos municipales.
“Si la norma no permite exonerar, sí permite subvencionar cantidades equivalentes a esos impuestos”, apunta Marichal. Como ejemplo de parte de la carga fiscal que soporta un establecimiento de 4 estrellas de Tenerife con 200 habitaciones, la factura anual de la tasa de basura ronda los 26.000 euros y la de IBI, unos 100.000 euros.
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