España cede a extranjeros sus aviones, trenes y navieras

Este 2021 va a suponer para el negocio del transporte un punto de inflexión en la pérdida de capitales españoles de una gran parte de su cuota para pasar a manos extranjeras, tanto en el caso de aviones, con la esperada integración en el segundo semestre de Air Europa en un grupo anglocatarí; como con la irrupción del operador ferroviario francés Ouigo y el italiano Ilsa rompiendo el monopolio de Renfe, y con la venta de Trasmediterránea a la familia Grimaldi, unido a que la naviera italiana Grandi Navi Veloci (GNV), integrada en el grupo napolitano de cruceros MSC, vaya a iniciar sus operaciones en Baleares en julio.

La operación más sonada ha sido la venta protagonizada por los accionistas de Globalia de la joya de su corona, la aerolínea Air Europa, para que sea comprada por Iberia, en cuyo grupo IAG también figuran Vueling y Level, y que con sede en Londres tiene como máximo accionista a Qatar (Iberia sella la compra de Air Europa por 500 millones).

Esta operación se suma a que los cielos españoles encadenan años atestiguando como el capital de sus principales operadores son del norte de Europa, con Ryanair o Easyjet como enseñas destacadas, tras la progresiva venta o quiebra de las enseñas nacionales más destacadas como eran Iberia o Spanair, unido a otras más pequeñas en el terreno intercontinental como Air Comet o Air Madrid.

En los trenes, Renfe, tras monopolizar históricamente todo el mercado, compite por primera vez desde hace unos días con el operador francés Ouigo, propiedad del gigante SNFC, sin que el país galo ceda a su vez al operador público español por reciprocidad la opción de moverse sobre sus raíles (Renfe bajará sus precios para afrontar la competencia de Ouigo). 

Y junto a esta ofensiva gala por el transporte español hay que añadir la italiana, país desde donde ya se controlan en España sectores estratégicos como la energía --Endesa--, la televisiva --Mediaset y Atresmedia--, o la de prensa escrita --Unidad Editorial--, y que ahora ultima su entrada también en los trenes con Ilsa (Trenitalia aliada a Air Nostrum), y en las comunicaciones por barco.

Recientemente, Trasmediterránea se ha vendido la familia Grimaldi, con sede en Palermo, en la isla Sicilia, mientras otra naviera, GNV, del gigante MSC, entrando a operar en unas semanas en las conexiones entre Baleares y la Península, siendo la navieras de Abel Matutes, Balearia, la única nacional (Las navieras italianas irrumpen en el tráfico marítimo entre la Península y Baleares).

Así, España va a tener en este 2021 un nuevo punto de inflexión en la pérdida de capitales españoles, tanto públicos como privados, en un sector tan estratégico como el del transporte y las comunicaciones. De este modo se acentúa una tendencia de la que en 2016 uno de los mayores expertos que ha dado el país en la materia como es el expresidente de Vueling y British Airways, Álex Cruz, de la que ya alertaba a las administraciones españolas para "trabajar en un alto grado de integración en la estrategia del país" (Cruz: “La primera línea en España no es española y no hay motivos”).

Cruz lamentaba entonces que “la primera aerolínea en España no es española, y no hay motivos”, y afirmaba que España debería fijarse en las compañías del Golfo Pérsico, como Qatar Airways o Emirates, donde "han incluido sus activos de aviación en todo lo que tiene que ver su promoción como país; existe una integración total entre la línea aérea, el sistema de control, las políticas aeroportuarias…”. Sin esta visión compartida de los gobernantes, España está dando un acelerado paso en ceder a extranjeros el control de más aviones, trenes y barcos, los cuales son de especial importancia además para un país cuyo sustento es el turismo (Las aerolíneas se rebelan contra el “plan Sánchez 2050” por vetar vuelos de corto radio).