Ya conocen el conflicto entre Europa y Bielorrusia debido al desvío del avión de Ryanair que volaba entre Grecia y Lituania. Como respuesta, la mayor parte de los países europeos que volaban sobre el espacio aéreo de ese país han intentando cambiar sus trayectos. En dos casos al menos, Rusia denegó ese permiso, lo que inicialmente fue interpretado como un posicionamiento de Moscú en favor de Minsk (Conflicto bielorruso: Francia cancela los vuelos a Moscú).
Sin embargo, aunque tardó más tiempo del que hubiera necesitado un país occidental, este viernes por la noche, Rusia comunicó tanto a la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) la aprobación de las rutas que han solicitado tanto Air France como Lufthansa para que en sus vuelos a Rusia puedan evitar Bielorrusia.
Dos vuelos, uno de Austrian y otro de Air France, hubieron de ser cancelados por la negativa rusa a aprobar de inmediato la nueva trayectoria de los aviones.
Un portavoz del Kremlin restó toda importancia a este retraso y dijo que no era la Presidencia del Gobierno la que tramitaba estos temas y que los medios debían de consultar con las autoridades de aviación. Los periodistas y Occidente en general sospechaban de una posible muestra de apoyo de Moscú hacia el régimen de Lukashenko, que finalmente no se manifiesta de esta manera.
Air France informó este sábado a la prensa que restablece todas sus rutas con Moscú y que desde ayer los vuelos tendrán lugar por las nuevas rutas aprobadas, las cuales evitan el espacio aéreo dependiente de Minsk. Hay una y dos conexiones diarias entre París y Moscú.
Por su parte, Lufthansa también confirmó que tanto los vuelos a Moscú como a Sant Petersburgo, que parten de Frankfurt, se seguirán desarrollando pero ahora por rutas que no tocan el espacio aéreo de Bielorrusia, según lo autorizado por la autoridad aérea de Moscú. Lufthansa vuela siete veces a la semana a Moscú y tres a Sant Petersburgo.
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