El efecto más grave de los dos siniestros de los Boeing 737 Max para el fabricante no fue su mala imagen, la caída de ventas o, incluso, las pérdidas económicas. El peor efecto fue que la autoridad federal de la aviación de Estados Unidos (FAA) ya no es tolerante con la compañía y ahora le exige más y más, como corresponde con un fabricante de aviones.
La última noticia en este sentido la publicaba este lunes The Seattle Times: la FAA prácticamente ha paralizado el proceso de certificación del Boeing 777X, al rechazar el permiso para avanzar un paso más en el proceso. El periódico de la ciudad en la que Boeing tiene sus fábricas principales afirma que la FAA ha respondido a Boeing que todo el proceso tiene que tener muchas más garantías y, lo peor para las finanzas del fabricante, que no sueñe con que el avión pueda estar certificado hasta 2023, dos años después de lo inicialmente previsto. Así, el avión podría estar volando cuatro años después de lo que se concibió originalmente.
La carta enviada al fabricante es demoledora y menciona una larga lista de preocupaciones, incluyendo un incidente muy serio que tuvo lugar el 8 de diciembre pasado durante una de las pruebas para la certificación. Ese incidente hace referencia a una súbita variación descontrolada de la nariz del avión, que subió y bajó sin que los pilotos tuvieran nada que ver con ello. La agencia estatal americana exige que Boeing explique completamente qué ocurrió y por qué en aquella ocasión.
En la misma línea que el desastre del 737Max, pero ahora con el control del estado, la FAA le dice a Boeing que está preocupada por los sistemas aviónicos propuestos, que no reunirían los requerimientos exigidos. Igualmente muestra la FAA su inquietud porque se incluyen cambios en esos sistemas tanto en el software como en el hardware sin que se conozcan sus efectos.
Ian Won, que firma la misiva, le dice a Boeing que “esta aeronave no está lista. Los datos exigidos para la certificación no han llegado a un punto que parezca maduro para decir que se cumplen las exigencias”.
El problema, se indica extraoficialmente, es que la FAA no quiere volver a ser corresponsable de un error por lo que exige a Boeing una transparencia a la que parece que el fabricante no estaba acostumbrado. El problema para Boeing es que sus finanzas no están en condiciones de soportar esta presión mucho tiempo dado que la crisis del 737 le ha generado un entorno hostil.
Los comandantes de la express nos ofrecemos a volar esos 777 aprobados o no.
Pd: Y con sólo un piloto!!
Somos eficientes
Mientras tú te metías en air Europa probablemente con 21 años y 150 horas de vuelo , enchufado por un amigo , los demás nos hemos tenido que buscar la vida y volar donde sea y como sea .