Airbus volvió en junio a una situación de casi normalidad total. Sin embargo, lo más llamativo hoy en la compañía es que está convirtiéndose en un fabricante dependiente cada vez más en un único modelo de avión: el A321neo. El éxito de este avión tras la pandemia es aún mayor que antes. Si hace un año el 27 por ciento de las órdenes que tenía eran de este modelo, hoy el 64 por ciento se corresponde con este avión, caracterizado por ser de un pasillo, de más de doscientos pasajeros y, sobre todo, de un recorrido en torno a las 7.000 millas.
Esto no se deriva de una caída de las ventas del A350 o del A320, sino del fuerte aumento del 321.
Si los datos de este mes de junio hubieran tenido lugar en cualquier mes anterior a la pandemia, nadie se hubiera sorprendido: tuvo 166 pedidos y 297 entregas de aviones. Como hace ya tiempo que sabemos, Asia y América del Norte son los principales mercados, confirmando como siempre la pérdida de puestos competitivos de la aviación europea.
Pero hay otra noticia entre líneas en la fábrica de Airbus: el A220. Este avión antes era el Cseries de Bombardier, del que el fabricante canadiense apenas vendió unas pocas unidades antes de tener que entregar su producción a Airbus. Pero el avión tiene éxito entre las aerolíneas al punto de que es ya el tercero en pedidos y el cuarto en entregas. El avión tiene una parte de componentes norirlandeses muy elevada.
En los próximos días se sabrán los datos de Boeing que, con toda seguridad serán mucho peores.
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