La aviación en Sudáfrica está en la ruina. Más particularmente la aviación estatal. No es sólo la compañía principal, South African Airlines sino también Mango, su filial low-cost. Para que se imaginen la magnitud de la catástrofe, ayer dejó de volar debido a que no es capaz de pagar el control aéreo. Observen que estamos hablando de una aerolínea del estado que debe dinero a una organización del estado.
La noticia vino acompañado por la calificación de “temporal”. La suspensión de vuelos, según los directivos, sólo será por un tiempo, aunque no está claro cómo harán dinero con la situación que tiene hoy Sudáfrica en materia de epidemia. Los directivos añadieron que están negociando con el control aéreo para ver si se puede llegar a una solución amistosa, que obviamente habrá de pasar porque el control no cobre.
Mango es una aerolínea basada en Johannesburg y vuela a seis destinos, principalmente, dentro de Sudáfrica. Además enlaza la isla tanzana de Zanzíbar con Sudáfrica.
Como se imaginan, la compañía está en una situación financiera imposible y precisamente este martes anunció que está negociando con la justicia acogerse a un régimen como el del Capítulo 11 de la legislación de Estados Unidos, que le permite no hacer pagos y seguir volando hasta disponer de la liquidez suficiente.
La propietaria, South African Airways, una de las aerolíneas más antiguas del mundo y cuya gestión ha sido más caótica, cerró en 2020 pero el estado la mantuvo abierta hasta que en abril pasado recuperó la normalidad financiera y jurídica pero, no obstante, no ha vuelto a operar. La idea es volver a volar normalmente, aunque con una estructura diferente.
Preferente.com Diario para profesionales del Turismo