Europa sigue siendo un galimatías normativo en relación al Covid, cuya primera víctima es el transporte y el turismo. Mientras en España los británicos viajan tranquilamente sin que se les pida más que el certificado de vacunación –y los casos de Covid en nuestro país, pese a esta libertad– están cayendo, en Italia los británicos tenían que aislarse cinco días. Hasta este miércoles. A partir del 1 de septiembre, serán tratados como en España: bastará con que estén vacunados o que presenten un certificado de haber dado negativo en una prueba de Covid tres días antes (Reino Unido recula: España va a seguir abierta para los turistas).
Así lo anunció ayer Roberto Speranza, el ministro de Sanidad, que mantuvo las restricciones para otros países.
Aunque Italia no es un destino de vacaciones veraniegas –sol y playa– para los británicos, sí es un destino de segundas residencias muy popular, especialmente en algunas regiones como la Toscana.
Según pública TTG de Italia, Bernabò Bocca, presidente de los hoteleros se mostró satisfecho con la medida. “Los hoteleros italianos recibimos con satisfacción la orden que elimina la mini cuarentena para los turistas británicos. La acción que llevan a cabo los ministros de Sanidad y Turismo ha permitido reabrir el mercado inglés para Italia, mientras garantizamos que mantenemos los niveles de seguridad que deseamos”. De esta manera, Italia espera que septiembre sea un mes turísticamente mejor.
El país, aunque no tiene muchos casos, tampoco ha logrado recuperar el turismo, como todos los demás países europeos. Ha habido una mejoría, pero nada relevante. Tampoco los bonos que ha dado el gobierno a la gente para que se vayan de vacaciones han tenido el efecto de normalizar la actividad.
En Italia, el impacto más acusado lo está llevando el viaje organizado al extranjero, muy especialmente al Mar Rojo, un destino frecuente entre el turismo del país.
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