Normalmente cuando hablamos de intervencionismo público pensamos en los países comunistas, de los cuales hoy casi no quedan más que un puñado. Pero no siempre es necesario ir tan lejos. Francia, bien cerca de nosotros, se ha caracterizado siempre por un intervencionismo económico bastante complicado de entender en Europa. El país que produce la mayor parte de la energía eléctrica de Gran Bretaña, que tiene una filial ferroviaria en nuestro país, no permite en su casa que nadie moleste ni su monopolio eléctrico ni que compita con sus trenes (El Gobierno francés lanza la competencia de Booking).
En el pasado, Francia ha derrochado dinero en abundancia intentando llevar las aguas de los molinos del mercado a su casa, sin éxito. Recordemos cuando, con incontable dinero público, Francia desarrolló el sistema de comunicaciones Minitel, que quedó totalmente aplastado por Internet, cuando esta plataforma se expandió por el mundo. Antes había intentado expandir sus sistemas de televisión Secam, sin éxito, y así podríamos seguir, por no mencionar Air France.
Ahora, el último episodio es de libro: Emmanuel Macron, nada menos que el presidente de la República, crea una sociedad pública para vender hoteles y viajes en la red, retirando del mercado, al menos del francés, a Booking. En realidad esto es lo que se intenta, aunque no se sabe qué ocurrirá, porque Booking no es fácil de barrer de un plumazo.
Desde luego, se ha reclutado personal adecuado y se ha diseñado un modelo viable, pero el problema es que Booking es una empresa mundial, que lleva quince años investigando y que, encima, existe únicamente porque ni Apple, ni Amazon, ni Google han querido irrumpir en este negocio, dependiente fundamentalmente de la tecnología.
Pero ahí aparece Francia, intentando crear una isla propia, con sus normas.
Obviamente, el dominio de muchos mercados por parte de las grandes tecnológicas merece una reflexión y, quizás, la adopción de medidas que eviten los monopolios. Pero pensar que eso es lo mismo que poner dinero público y crear una empresa local para competir...
El tiempo, que hasta ahora siempre ha demostrado que todos estos intentos acaban mal, pondrá las cosas en su lugar.
El intervencionismo económico ( posición predominante del sector público frente al sector privado ) es sinónimo … de comunismo.!!!
Hay que tener cuajo.
Entonces, la autarquía franquista de empresas públicas era comunismo.???
Hay que joerse cómo ha calado el neoliberalismo en las mentes gruyere.
Ejemplos de intervencionismo público: impuestos selectivos (turismo), créditos fiscales específicos (turismo), legislación sobre salario mínimo (turismo), subsidios directos a ciertos Sectores productivos (turismo), apoyos a precios, precios maximos y cuotas de producción (turismo), implantación de tarifas (turismo). Si Keynes levantara la cabeza.!!!
Crear una empresa pública de electricidad es comunismo en estado puro, mejor la actual Liberta y pagar a precio de platino el kW, porque las reglas del mercado libre establecen que la última materia prima introducida en generar energía es la que marca el precio final. Del melón con jamón al melón con panes de oro.
Ahora, la Sanidad pública y las vacunas gratuitas. Contradicciones everywhere.
Francia debería seguir el modelo que tanto éxito ha cosechado en España, el de "que inventen ellos". Luego, cuando Booking o la empresa que sea ostente el monopolio y tenga cautiva de sus servicios gran parte de la cadena de valor de la principal industria de tu país obligándote a pasar por el aro de las abusivas condiciones que le vengan en gana, llegarán los lamentos, los lloros y el crujir de dientes.
Aquía ya tenemos los de hacer dinero ultrarápido sin crear riqueza ni pantentes, ni nada, de esos tenemos a punta pala, de los otros, ya tenemos dinero para comprar fuera, porque lo de crear y cobrar por ello, ni hemos contado, ni contamos, no contaremos, para eso ya tenemos sol y el recuruso a la vivienda.