Conozco un hotel de temporada que está dedicado fundamentalmente al mercado británico, cuyos empleados son, desde hace ya varios años, casi exclusivamente polacos. A veces hay algún español, pero lo normal son extranjeros que, como los turistas, sólo vienen durante los seis o siete meses en los que el hotel está abierto, gastan el mínimo, no traen a su familia y retornan apenas pueden. Es decir que el empleo que se genera apenas tiene incidencia en España.
El hotel ahora es propiedad de una multinacional americana, con lo que el margen de beneficio también es repatriado a final de temporada a su accionista principal.
De manera que el impacto económico que pueda tener este negocio tiende a ser bajo.
En el otro lado de la balanza hay que poner el impacto ambiental y social que tiene el turismo. La aceptación generalizada de este negocio se debía fundamentalmente al indiscutido enriquecimiento que proporcionaba. Sin embargo, este escenario, lentamente al alza, supone un cambio radical.
En España se queda el impacto negativo que genera esta actividad; un poco, muy mínimo del ingreso que se genera –recordemos que estos viajeros hoy prácticamente siempre vuelan en una aerolínea extranjera, con plantillas raramente locales– y casi nada del beneficio social.
Dado que la entrada de empresas extranjeras en España está al alza y ya que hay una cierta presencia de temporeros turísticos de este tipo, que retornan a su país apenas pueden, nos queda una gran pregunta: ¿algo de esto tiene sentido económico, social o empresarial? ¿Ganamos algo de esta forma?
Efectivamente no produce ningún valor añadido. Si, se me replicará diciendo que pagan impuestos, habría que ver el porcentaje, que también afecta a proveedores. ¡Pamplinas!.
Vaya si ganamos....los ingleses y polacos que nos follamos.....yo ya llevo unos cuantos!!!!
Y todavía nos cuestionamos Si hay que cambiar o No el modelo turístico.???
Lo que no se cuestiona es tu tara intelectual, cada vez que escribes algo es más estúpido que lo anterior. Supongo que sufriste alguna caída golpeándote la cabeza cuando eras pequeño, de ahí las estupideces que sueltas. Pobrecito.