Caos completo para 154 pasajeros de un vuelo de Brussels Airlines –grupo Lufthansa--, que llevan dos noches ‘tirados’ sin llegar a su destino.
El avión en el que volaban este viernes pasado, un Airbus A330 con matrícula OO-SFG volaba de Bruselas a Nueva York, en la ruta SN501. En las cercanías de Shannon, Irlanda, un motor registró un fallo y tuvo que aterrizar de emergencia. El piloto pidió aterrizar en Dublín.
Los pasajeros estuvieron una primera noche en un hotel de la capital irlandesa, pensando que, como es lógico, al día siguiente proseguirían su vuelo en otro avión, si no se conseguía la reparación del primer motor averiado.
Pero todos los vuelos europeos a Nueva York hoy van llenos, especialmente porque coincide con el Día de Acción de Gracias, tan importante para los americanos. De manera que fue extremadamente difícil para la compañía colocar a los pasajeros en otros vuelos. Finalmente, la aerolínea parece que consiguió encontrar asientos suficientes en aviones que partían de París. Igualmente consiguió un vuelo que los llevaría de Dublín a la capital francesa. Pero aún quedaban desgracias: el vuelo de Dublín a París sufrió un retraso de unas tres horas de manera que se perdieron las conexiones en París, por lo que se vieron obligados a pasar también la noche del sábado al domingo en la capital francesa sin volar hacia su destino final.
Hay que recordar que Brussels no es una pequeña aerolínea sino una filial del mayor grupo de Europa Central, Lufthansa. Sorprendentemente, tanto Brussels como Lufthansa, pertenecen a la alianza Star, que también integra United, pero París, fundamentalmente por Air France, está dominado por la alianza Sky Team, lo que hace un poco más complicada la solución final para estos pasajeros.
Este domingo, finalmente, aparentemente los viajeros pudieron finalmente reemprender viaje.
Brussels Airlines es fatal. De hecho, le viene de lejos. Es hija de SABENA que, como todos sabemos, es el acrónimo de Such A Bloody Experience Never Again.