El mayor contratiempo de Boeing no es que su modelo B737Max haya tenido problemas sino que varias compañías aéreas que toda la vida habían utilizado modelos de sus factorías están ahora cambiando a Airbus. Esto es realmente grave para el grupo americano porque el cambio de fabricante es una decisión delicada desde el momento en que implica en la práctica asumir una nueva cultura (Feria aérea de Dubái: Airbus 412, Boeing 101).
Por eso es tan relevante que Airbus esté cerrando un acuerdo para suministrar a la aerolínea holandesa KLM aviones de pasillo único, desbancando a Boeing. Hace semanas que la noticia circula por las redes, y ahora se considera ya irreversible. La operación afecta también a la filial low cost de la holandesa, Transavia.
Según fuentes cercanas a las negociaciones, el acuerdo se cerraría antes del final de este año. Incluso alguna agencia de noticias dijo que KLM estaba ya prácticamente decidida a comprar Airbus, especialmente por la importancia estratégica que tiene el A321.
Un gran pedido de Air France-KLM ayudaría a Airbus a argumentar a favor de una aceleración planificada de la producción de aviones de cabina de un pasillo que se ha encontrado con cierta resistencia por dudas sobre la dimensión de la demanda. Airbus tiene ahora una cartera de pedidos muy grande de aviones medianos, lo que la ha llevado a convertir la línea del A380 para este modelo y a estudiar más ampliaciones de la capacidad productiva.
Un punto muy poderoso a favor del A321, el avión más grande de la familia A320neo, es su capacidad para acomodar a más de 230 pasajeros con un radio de alcance superior a Boeing. El A321 ayudó a Airbus a captar a Jet2, otra que toda la vida había trabajado con Boeing. No tan sorprendente fue la venta de 255 aviones a Indigo Partners, la propietaria de Jet Smart, Wizz Air o Frontier.
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