El Gobierno de Estados Unidos ha anunciado la inminente reapertura de las fronteras para los pasajeros provenientes de Sudáfrica mientras que British Airways, una de las principales aerolíneas que comunican el país con el mundo, anuncia que reanudará en enero sus vuelos con Johannesburg y Ciudad del Cabo, una vez que su país cancelara las medidas que bloqueaban al país.
Desde finales de noviembre, Sudáfrica y los países vecinos quedaron virtualmente aislados del mundo, una vez que los gobiernos de las principales potencias occidentales supieron de la existencia de una variante de virus, Omicron, desconocida hasta ese momento. La medida de bloquear Sudáfrica ha sido manifiestamente desastrosa dado que el virus se ha convertido en dominante en todos lados, pese a las medidas adoptadas.
British Airways anunció que destinará aviones del modelo A380, el más grande de su flota, a atender las rutas con Sudáfrica, dada la demanda latente en ese país, que no ha podido volar durante buena parte del año que acaba.
Desde mediados de enero, British Airways volará diariamente únicamente con aviones A380 a Johanesburg.
El Gobierno sudafricano se ha quejado amargamente de la reacción que ha tenido Europa y Estados Unidos ante su información transparente y fiable sobre la nueva variante del virus. Desde el primer momento, Sudáfrica, que llevaba varias semanas padeciendo un fuerte incremento de casos de Covid, dio información rigurosa sobre la nueva variante. Según esos datos, Ómicron era mucho más contagioso que las variantes anteriores pero, en cambio, sus efectos eran benignos. Con el tiempo, los estudios entre europeos están revelando la misma información, lo que parece que empieza a ser tomado en serio.
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