Definitivamente, la crisis del coronavirus es pasado para Ryanair. Las cifras de pasajeros de marzo han sido superiores a las del mismo mes de 2019, lo que normaliza definitivamente su operativa.
La compañía alcanzó 11,2 millones de viajeros, mientras que hace tres años estaba en 10,9. Otra cosa son los precios que aún siguen siendo más bajos que entonces (Ryanair: “No ganar más de mil millones sería un fracaso”).
El nivel de ocupación de los aviones fue del 87 por ciento, un poco inferior a lo que es habitual en Ryanair pero muy superior a la media del mercado.
Los datos de marzo incorporan los efectos de la guerra de Ucrania, que en el caso de Ryanair que opera en ese mercado, tienen cierta importancia. Con motivo del conflicto bélico, la low cost tuvo que cancelar dos mil vuelos y ha reposicionado los aviones con base en ese país. Al mismo tiempo, la deuda neta de Ryanair bajó de 2.300 a 1.500 millones de euros.
Ahora, para la aerolínea, el momento crítico que ha de mostrar que la recuperación es total es la Semana Santa. Este verano prevé volar con 65 aviones nuevos que Boeing le habrá entregado en los últimos meses. La capacidad de la compañía, en total, será un 14 por ciento superior a la anterior a la pandemia.
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