Canarias se presenta en la World Travel Market de Londres con el estand más grande. Más que los de Andalucía y Baleares. No digo que hoy los dirigentes canarios estén satisfechos o no con este logro, porque lo ignoro. Pero sí que este ha sido siempre uno de los grandes desafíos de los políticos con responsabilidades en el turismo: hacer el mayor stand.
¿Para qué? Uno se pregunta si el objetivo de una autonomía o un municipio es hacer estands muy, muy grandes, o si es captar viajeros para mejorar la ocupación de sus alojamientos y, con ello, los ingresos de su región. De lo segundo no estoy seguro, pero de lo primero, sí.
Durante mucho tiempo, todas las autonomías tenían la batalla perdida porque Andalucía siempre ganaba. No se sabe si eso era rentable, pero sí que llenaba de orgullo a los políticos.
En el caso de Valencia, el objetivo era organizar eventos y más eventos. Por supuesto, está bien si el coste de esos eventos es inferior al impacto que generan, pero esto, no tengan la menor duda, jamás se analizó. Era hacer y hacer y ya veremos más adelante.
Como siempre, hoy nadie se atreve a decir que la inversión canaria en Londres es correcta o es desmesurada. Y tampoco sabemos si los responsables son responsables en el gasto o no. Lo que sabemos es que muchas ferias turísticas, que al fin y al cabo son negocios como cualquier otro, deben parte de su éxito al disparate que ha vivido la España de las autonomías en este sentido.
(Y podríamos también dedicar un espacio, en este mismo sentido, a la locura de muchos países emergentes en el turismo: no se quedan a la cola ni en gasto ni en falta de análisis del coste oportunidad de la inversión. Pero de esto hablaremos otro día).
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Bueno, a bote pronto, cómo majorero de corazón habría que significar que hay siete islas y una oculta que sólo obra en la imaginación de los más intrépidos.
A la pugna tradicional de las dos capitalidades se unen los intereses de cada uno de los Cabildos y esa diversidad resulta indisoluble. Cada Cabildo querrá su stand con X m2 para mostrar sus particularidades, peculiaridades, singularidad y de ahí, la exageración.
Durante mucho tiempo se criticó a ZP por el despilfarro del Plan Ñ para inyectar liquidez frente a la Crisis que se avecinaba en el horizonte -donde todo el mundo lo veía venir hoy pero nadie puso el grito en el cielo en el ayer pretérito- y cuyo resultado vulgar fueron la construcción de miles de rotondas según los muy cafeteros. Pero Srs. NO nos hagamos trampas al solitario, esas rotondas las hicieron los responsables municipales de todo color político y autonómico. Al igual que se involucraron en una carrera desenfrenada a levantar polideportivos, piscinas cubiertas, frontones -Si, frontones- y en el secarral manchego … cientos de hectáreas dedicadas a prometedores Polígonos Industriales. Cada municipio defendía “su” singularidad con exaltación del despilfarro, perooo a la hora de recoger las basuras se constituían en Mancomunidades de intereses comunes. Es lo que tiene la mierda, que une y es común a todo el mundo.
Ahora, con los Fondos NG, se quiere repetir el pelotazo urbanístico, turístico, residencial siguiendo el modelo spanish style, pero parece que la coyuntura NO va por el camino habitual sino por los entornos tecnológicos digitales. Ósea, eso de hacer un make up a la fachada de un hotel y poner la mano de la subvención no cuela. Y claro, desde las gerencias, hasta las altas esferas ven el chorreo de millones que llegan de EU y se atragantan, les entran los siete males; es cómo la imagen del indigente que para frente al escaparate donde al otro lado hay un buffet libre excelente, casi lo puede tocar, hasta le llega el aroma pormenorizado de cada producto, perooo … al WTM se va a exponer la necesidad frente al hambre.