Los medios de Bucarest cuentan que lo que sería la Agencia Tributaria de Rumanía, la Anaf, se ha quedado con el primero de los aviones de Blue Air, un 737-500 que está en el aeropuerto de Bacau (Blue Air deja de volar definitivamente).
La aerolínea, que se aproxima raudamente a la insolvencia, debe 14.000 millones de lei rumanos al Gobierno, casi 37 mil millones a la Seguridad Social, y más de 12 al sistema de salud.
El avión de Bacau es el segundo que es intervenido. Antes, otro que se encuentra en Cluj-Napoca fue recuperado por Air Lease Corporation.
En el aeropuerto italiano de Forlí hay un tercer avión de Blue Air, también un 737-500, que ha sido intervenido, aunque los medios rumanos no tienen la certeza de que lo controle la Anaf, o sea la Agencia Tributaria.
Obviamente, ya no existe posibilidad alguna de que la compañía vuelva a volar. Como se recordará, Blue Air, que era una aerolínea con una expansión muy interesante y con una presencia remarcable en el mercado, suspendió vuelos en septiembre, por la acción de una agencia del Gobierno rumano que le exigía el pago de los derechos de emisiones de CO2, que tienen que abonar las aerolíneas. La suspensión se dijo era de cara al inminente retorno. El 11 de octubre la compañía afirmó que volvía porque tenía el acuerdo de los acreedores (Blue Air, sin dinero para reanudar las operaciones).
Wizz Air, la húngara, y HiSky, de Moldavia, han cubierto las mejores rutas de la compañía hoy ya muerta.
Un país que es un KAOS tributario..