Era una tentación irresistible: Rumanía estaba dejando desaparecer una aerolínea y su gobierno no podía permitirlo, de manera que finalmente ha decidido hacerse con el 75% del cadáver que es Blue Air, paralizada casi totalmente desde hace dos meses. Inicialmente, la idea no es que la compañía vuelva a volar sino recuperar el dinero que el estado ha puesto en ella (La Hacienda rumana se queda parte de la flota de Blue Air).
Técnicamente, Blue Air existe, aunque no vuela. Es una sociedad ahogada en deudas, que no puede pagar los sueldos, pero no está disuelta. De manera que ha dado un buen motivo al gobierno para hacerse con una aerolínea pública, ahora también de low cost. Recuerden que el estado rumano es propietario de Tarom, la compañía de bandera, que ha sido totalmente arrinconada por la competencia privada. Tarom es hoy una mini aerolínea, con una decena de aviones, que cubre rutas locales con sus ATR, y media docena de aviones 737 de un poco más de alcance (Blue Air deja de volar definitivamente).
Blue Air, la aerolínea de bajo coste, suspendió sus operaciones a principios de septiembre de 2022, después de que el Ministerio de Medio Ambiente del país confiscara sus cuentas. Blue Air no había pagado una multa de casi 2 millones de euros por vuelos cancelados y no había cumplido con sus obligaciones financieras con los acreedores.
Vamos a seguir tirando dinero del contribuyente a la basura,no importa el país los errores son los mismos.Hay suficientes cías privadas para ocupar su lugar
Eso les pasa por tener 3 rutas diarias a Londres e Italia y no abrir una con los aeropuertos de España donde más rumanos viven, como Castellón o cualquier aeropuerto de la Comunidad Valenciana.