Un grupo de ecologistas pertenecientes a la organización Última Generación paralizó el tráfico aéreo en el único aeropuerto de la capital alemana durante dos horas, bloqueando las pistas de aterrizaje y despegue (Invasión de ecologistas en Schiphol: acceden en bicicleta y acampan en plena pista).
Los hechos, que se enmarcan en diversas acciones en varios aeropuertos de Europa, especialmente en el centro y norte, tuvieron lugar sobre las 16 horas, generando un colapso tanto en el espacio aéreo como en los aeropuertos alternativos.
El acceso al aeropuerto tuvo lugar por la fuerza y bloquearon las pistas en ambos sentidos. No hubo otra alternativa que paralizar totalmente el tráfico aéreo. Los activistas emplearon bicicletas para desplazarse por las pistas. Según la policía alemana, algunos de ellos se pegaron a la superficie de la pista, lo que dificultó más la normalización de la operación.
Con pancartas y una transmisión en vivo mediante las redes sociales, los activistas explicaron sus motivos, obviamente vinculados a la contaminación que generan los aviones; pidieron a los pasajeros que dejaran de viajar en avión y exigieron que el gobierno dejara de subsidiar la aviación (el combustible de aviación prácticamente no paga impuestos). “Los aviones no son un medio de transporte para la gente común. El 80 por ciento de las personas –dijeron los ecologistas– nunca viajó en avión. Solo un porcentaje muy rico es responsable de alrededor de las emisiones causadas por el tráfico aéreo”, escribió Última Generación en las redes sociales.
Alrededor de las 18:15, el tráfico aéreo volvió a la normalidad. Las aerolíneas que operan en Berlín Brandemburgo se vieron obligadas a cancelar cinco vuelos, afectando a 750 pasajeros. El ministro alemán de Transporte, Volker Wissing (FDP), denunció enérgicamente las acciones. Peor para el clima es que numerosos vuelos en ruta hacia Berlín se vieron obligados a desviarse o simplemente regresaron a su aeropuerto de partida.
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