La explosión del alquiler vacacional, que ha crecido de forma descontrolada en los barrios céntricos y costeros de España durante la última década, ha multiplicado la presión turística sobre la población residente, provocando, además, una sensación creciente de pérdida de calidad de vida (El desmadre de las viviendas turísticas, en cifras).
Los datos recabados por Exceltur muestran a las claras el alarmante incremento de las viviendas de uso turístico, que en determinadas zonas llegan a superar en plazas al número de residentes. Esta tendencia, auspiciada en muchos casos por la laxitud normativa, está provocando la huida de unos ciudadanos hartos de vivir en barrios convertidos en parques temáticos.
Además de estar detrás del encarecimiento del alquiler convencional, esta forma de turismo, muy concentrado en determinadas zonas, desemboca en un sinfín de problemas de convivencia vecinal y provoca la transformación de los comercios convencionales en tiendas enfocadas en exclusiva para los turistas (Canarias: el alquiler vacacional deja sin alojamiento a los empleados del sector).
Según la información recogida por Exceltur, el número de plazas en viviendas turísticas por cada 100 habitantes se sitúa de media en 18,1 en los barrios que han sido objeto de análisis. La presión es notablemente mayor en las zonas céntricas de Málaga (con 30,5 plazas de media por cada 100 habitantes), Sevilla (26,5), Madrid (22,2) y Valencia (13,9), siendo menor en Barcelona (11,5) y San Sebastián (9,5).
La situación es particularmente insostenible en determinados barrios, cuyas cifras de plazas de alojamiento turístico por habitantes son escandalosas. Por ejemplo, en Sol (Madrid) hay 91,1 plazas por cada 100 residentes; en Santa Cruz (Sevilla), 108,5; y en La Merced (Málaga), 192.
Esta presión se ha venido a sumar sin ningún control (a pesar de las normativas aprobadas que han tratado de limitar un mayor crecimiento) a la que ya existía en estos barrios derivada de la oferta de alojamientos reglados (hoteles, apartahoteles, hostales...) y de su propia condición de principales centros de visita para los residentes de otros barrios y zonas metropolitanas de la ciudad.
Como publicó Preferente, para frenar el desmadre del alquiler vacacional, Exceltur reclama el impulso de un Decreto Ley sobre viviendas turísticas que ordene cuatro ámbitos clave de su actividad que son competencia exclusiva del Estado. A su juicio, ayudaría a dar seguridad jurídica, reducir la litigiosidad y controlar mejor los efectos de la VUT.
En concreto, pide definir la actividad de alojamiento en vivienda de uso turístico, estableciendo un régimen jurídico y naturaleza de relaciones contractuales de los sujetos que intervienen, introduciendo un contrato de alojamiento en VUT; regular los intermediarios y las plataformas de la sociedad de la información; incorporar los usos de vivienda turística en los principios de desarrollo territorial y urbano sostenible; y establecer la autorización de la junta de propietarios del edificio por mayoría cualificada en las comunidades de vecino.
Y luego critican a Aran, menos turistas y más empleo de calidad. Señores tejido industrial sostenible es lo que necesitamos que sol y pandereta ya se han acabado.
Es de risa... en un artículo nos hablan de lo mala que es la turismofobia (normalmente encarnada en la diabólica Ada Colau) y en el otro nos cuentan que es horrible vivir en barrios saturados de turismo y que la situación es insostenible... ¿nos aclaramos?
Modelo austriaco, quien se atreve? qué partido va a reventar el negoción ?
En la selva, sin normas, hay unos cuántos que se forran, sigan la pasta
verán que sorpresas
Y esta burbuja estallará como otras.