Oleg Deripaska es uno de los grandes oligarcas rusos. Entre otros bienes era propietario del hotel Imeretinskiy de Sochi, la mejor zona turística de Rusia, en el Mar Negro. Pero ya no lo es porque criticó la guerra de Putin en Ucrania.
Deripaska se hizo rico produciendo aluminio. Pero, además, tiene otros activos. Entre ellos estaba el enorme complejo de Sochi, que además incluye una marina (en la fotografía). Deripaska, sin embargo, cometió el error de hablar de más en la Rusia de Putin. Y como consecuencia, un tribunal le confiscó el hotel que formalmente ya no es suyo.
La noticia, publicada por el Financial Times, indica que Deripaska afirmó que “la paz es necesaria lo más pronto posible”. En otra entrevista indicó que “destruir Ucrania sería un error colosal”. Gente cercana al magnate, que aún sigue siendo tal cosa pese a perder el hotel, indica que el Kremlin le hizo llegar el mensaje de que se callara. Incluso este aviso le llegó en más de una ocasión.
Entonces, probablemente vinculado a sus críticas, un grupo vinculado al gobierno presentó tres demandas contra la compañía de Deripaska propietaria del hotel, RogSibAl, aduciendo que el suelo donde está el complejo era suyo. El juez falló en favor de los demandantes e inmediatamente se ordenó la confiscación del hotel.
Paradójicamente, Rusal, la empresa de aluminio de Deripaska, está siendo objeto de sanciones por parte de Estados Unidos.
Las autoridades de Moscú han dicho que la confiscación del hotel es un asunto del que no saben nada y que responde a una acción ordinaria de la justicia.
Pero putin está mal. Es la verdad lo que dijo el empresario. Queremos mucha paz para Ucrania.