Air Europa, a bandazos

La idea de que Air Europa sea una aerolínea exclusivamente Boeing es buena. La simplificación de flota es un factor de competitividad. Igualmente, la homogeneidad permite reducir complicaciones de mantenimiento e introduce en la casa la cultura de un fabricante. (Air Europa: último paso para convertirse en 100% Boeing)

Sin embargo, siendo esta idea muy positiva, hay que recordar que lleva volando más de treinta años, por lo que ha habido tiempo suficiente para implementar esta política. Y nunca se hizo, hasta ahora.

Por ejemplo, en el pasado, y no un pasado tan lejano, se optó por apostar por los Embraer, que permitirían más flexibilidad en las rutas de corto radio. Tampoco era una mala idea. Hay muchas aerolíneas, incluso en Europa, que tienen una flota para el largo radio y otra, con aviones más pequeños, para rutas de menor alcance. Tiene su lógica.

Las dos ideas eran buenas. Son buenas. Como también era bueno crear la Express, para que la cultura del largo radio no contaminara la necesidad de ser competitivo en el corto radio. Otra idea buena, estropeada cuando se permitió que los copilotos de la mayor pudieran hacer carrera en los Embraer.

Lo que han olvidado en Air Europa, como antes en Iberia durante décadas, es una idea mayor, una idea paraguas: no es bueno cambiar de estrategia con frecuencia, ni siquiera siendo todas ellas interesantes. Los bandazos nunca conducen más que a perder dinero. Hay veces en que da lo mismo que la estrategia no sea perfecta porque cambiar de rumbo siempre es peor.

Está bien Boeing, pero esta línea debería durar. Y todos sabemos que quien decidirá sobre la futura Air Europa está hoy en Londres.