Ryanair únicamente conserva una base en Bélgica, en Charleroi, que la compañía irlandesa denomina “Bruselas Sur”. La base de Zaventem, el aeropuerto de la capital, fue cerrada hace algo más de un año. Pero Charleroi le basta para tener problemas: los pilotos han convocado una nueva huelga que este fin de semana ha provocado la cancelación de cien vuelos, afectando a unos 17 mil viajeros (Ryanair cierra su base en Bruselas por la huelga).
Esto sólo es el 28 por ciento del tráfico de la aerolínea. Bien porque los aviones tienen bases en otros países o bien porque ha conseguido algún piloto que trabaje, una parte sustancial de la operación se mantiene.
El conflicto entre los pilotos de Bélgica y la dirección de la compañía es antiguo y muy crispado: los pilotos dicen que la compañía se niega a cumplir un acuerdo y que la irlandesa hace “dumping” social.
Ryanair ha pedido a los pilotos no hacer huelga y sentarse a negociar, explicando que ha llegado a acuerdos en todos los demás países de Europa.
Como esta no es la primera huelga, en el fin de semana anterior se hubo de suspender 120 vuelos. Esta vez la previsión es ligeramente inferior.
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