La vuelta en masa de los turistas internacionales a los destinos españoles, que en algunos casos ya superan las cifras registradas antes del estallido del Covid, ha despertado el rechazo de parte de la población, especialmente de organizaciones ecologistas, partidos de extrema izquierda o grupos anticapitalistas (Cuelgan carteles “antiguiris” en calas de Mallorca para ahuyentar al turismo).
En el vídeo que acompaña a esta información, editado por El Mundo, se puede ver un pequeño resumen de los brotes de turismofobia que se han detectado en Barcelona y Baleares.
En el primero, los vecinos de la Sagrada Familia denuncian lo difícil que es convivir con el turismo de masas. También se ha producido un ataque a un autobús repleto de turistas, al que arrojaron líquido corrosivo. Y en el barrio de Gracia han aparecido pintadas contra el que, pese a quien le pese, es el motor de la economía española.
En el caso concreto de Baleares, una organización anticapitalista de Manacor ha colgado carteles en inglés en varias playas con advertencias como “Playa cerrada”, “Peligro medusas”, “Baño prohibido por agua contaminada” y “Desprendimiento de rocas”.
Claro, Mallorca puede vivir de su potente industria electrónica, automoción, aeroespacial, manufacturas de precisión ... ah no! que no tienen nada de eso ... ¿saldrá el dinero de los árboles en Mallorca?
Sois unos cazurros. QUe nadie dice que no quiere que vengan los turistas, que lo que se dice y defienden es que vengan "unos poquitos menos" por que es insostenible. No cabe todo el mundo y se generan muchos problemas a los residentes. Tan difícil es de entender???
Ahora resulta que la culpa de esta situación no es de los propios residentes, es del resto. Los mallorquines empezaron a vender terrenos y residencias en los 80 y 90’s a extranjeros, frotándose las manos por dichas ventas y por los precios a los que se las vendían. Ahora resulta que ellos mismos no son culpables de nada, cuando fueron los primeros en vender su alma al diablo por “muchos cuartos” como dicen los gallegos. Por lo que menos echar balones fuera, y más mirar quien tiene la culpa, por esta en su mayoría es del propio mallorquín, que ahora llora por lo que hizo en el pasado.
No, si viendo los precios está claro quién queréis que vaya. Los guiris precisamente, que son los que tienen mayor poder adquistivo.
Tienes razón! Pero hay que pensar que no por el mero hecho de vivir del turismo se pase a la masificación sin haber un punto intermedio
Otro articulo a falta de noticias importantes, el comodín Cataluña siempre al rescate
osea mallorca que ha promocionado el turismo de borrachera ahora no quiere turistas
Los socios de nuestro gobierno central andan sobrados de recursos e ingresos económicos. Sólo consiste en apretar la teta publica y sigue saliendo el maná. Ya pagarán otros.
Es un poco pesado cuando vives en el centro pero que a nadie se le olvide que muchos somos o hemos sido turistas y seguro que hemos participado en ésas masas que tanto molestan
La pena es que no lo hayan volcado, así seguro que vienen menos. Ya era hora que los ciudadanos luchen como n sus medios ante la pasividad de las autoridades.
Pues francamente, los que viven alrededor de la Sagrada Familia, podrían estar hasta el gorro de turistas, y lo digo como visitante casual y de paso hace muy poco, hacía mucho tiempo que no pasaba por Barcelona; es impresionante, el gentío enorme que hay en el area, la zona verde, abarrotada de extranjeros, sin poder ocupar un banco, o simplemente pasear, todo tiendas para turistas, franquicias de comida barata, heladerías nada artesanas a precios como si lo fueran. Nos paramos en Barcelona lo justo para revisitar la famosa iglesia que parecía una fiesta popular por los cientos de persona que había en su interior, vamos muy poco gratificante. Ruido por todos los lados, y francamente no creo que a mucha gente nos gustaría vivir por allí: La última vez, ya empezaba a ver gente, mucho más que la anterior, pero lo de esta última fue impresionante, para lo malo. Al final lo que puede suceder es que haya gente que busue otras alternativas más tranquilas y menos agobiantes, y esto no es exclusivo de la capital catalana, ni mucho menos, pero allí es muy obvia la sobresaturación.
El turismo no debería masificarse ni devaluar los negocios de la zona ofreciendo mala calidad a precios de oro. Lo que está claro es que La Sagrada Familia siempre ha sido y será un reclamo turístico y deberíamos cuidarlo. La mayoría de los vecinos han adquirido sus viviendas después de que la famosa construcción fuera un monumento masificado por turistas. Sabían a qué se enfrentaban, pero no por eso deberían sufrir molestias. Deberíamos cuidar el turismo, no tratar de espantarlo... Hay mil formas de mejorar la actual gestión turística y reconducirla (si nos dejan, somos muchos los profesionales dispuestos a hacerlo, pero claro, no somos políticos...). Ninguna de las formas de reconducir la actual situación debería pasar por timar al turista ni mucho menos atacarlo. El turismo es un intercambio cultural enriquecedor y una fuente de ingresos, pero hay una gestión nefasta. Deberíamos poder convivir, vecinos y turistas, aportándonos beneficios mutuos.