Las vías férreas francesas y españolas han visto la aparición de la competencia. Eso sí es verdad. Lo que no es tan cierto es que hayan aparecido empresas privadas: tanto Ouigo como Iryo son básicamente la sociedad estatal francesa de trenes o la italiana, aunque en este segundo caso tiene un socio privado. (Francia: llega la competencia al tren)
En Francia ocurre casi lo mismo: circula Renfe y los trenes italianos. Y la SNCF estatal ha creado algunas marcas que no por poco conocidas dejan de ser estrictamente públicas.
Sin embargo, ha aparecido Railcoop. Esta es una empresa estrictamente privada, en régimen de cooperativa, que quiere operar en Francia entre Burdeos y Lyon. Quiere, pero no sabemos si podrá. Porque ha caído en crisis antes de empezar a circular. No tiene dinero pese a lo cual el sábado pasado se reunieron sus accionistas para decidir continuar la actividad. Entre sus socios hay un fondo de inversión español, Serena Partners.
De hecho, tiene problemas muy serios como que no puede pagar sus salarios a final de mes. Lo cual tiene muy poca solución. La cooperativa, muy a la francesa, le pidió la cooperación al presidente de la República. O sea, una empresa privada que no parece tener mucho interés en seguir siéndolo. Railcoop acusó al gobierno de no tener voluntad de tener una Red ferroviaria con facilidades para el acceso.
Y algo de razón tiene: dice Railcoop que, en cuatro años, no ha entrado ni una empresa privada en el sistema, por lo que la privatización, viene a denunciar, se queda en los papeles, en la teoría.
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