El empresario hotelero, Miguel Rifá, ha sido condenado a 22 años y cinco meses de prisión por la Audiencia Provincial de Almería por defraudar más de 88 millones de euros.
Según recoge Europa Press, el propietario de Citymar, se vio involucrado en una trama en la que utilizó varios paraísos fiscales para evadir impuestos. La sentencia le culpa de dos delitos de alzamiento de bienes y cinco contra la Hacienda Pública entre los años 2008, 2010 y 2011.
De igual manera, el fallo indica que sus empresas tenían una deuda de 84,1 millones, y, a pesar de tener “bienes para hacer frente a las mismas, ideó y ejecutó un plan en virtud del cual dejó a dichas sociedades sin bienes con los que hacer frente a las deudas”.
Esto se realizó en dos fases. En la primera, las compañías en rojo “aportaban bienes a otras sociedades del grupo a cambio de participaciones que éstas emiten al ampliar capital”. Tras ello, “vendían esas participaciones a terceras sociedades, siempre del mismo grupo, recibiendo en contraprestación pagarés no a la orden con vencimiento generalmente a muy largo plazo y sin garantías, que en la mayor parte de los casos quedan incobrados”.
Además de la pena de cárcel y la indemnización de 88 millones, Rifá deberá hacer frente a unas multas por valor de 34,9 millones. La situación también ha salpicado a su mujer, condenada a cuatro años de prisión por alzamiento de bienes.
Le cayó el Gordo de Navidad adelantado
Me imagino que el FRAUDE sería de unas sociedades anónimas. ¿Cómo lo identificaron suficientemente?¡A lo mejor él no dio personalmente la orden de defraudar, como le ocurrió a PEPE HIDALGO con el fraude en los descuentos de residentes y por ello se libró de la cárcel y solo tuvo que devolver lo defraudado en los últimos cuatro años porque "el defraudador no estaba suficientemente identificado".