Ayer por la mañana, las principales cadenas de televisión del mundo estuvieron emitiendo las imágenes del incendio que destruyó el avión Airbus 350 de Japan Airlines en el aeropuerto de Haneda, Tokio. El avión apenas tenía dos años de antigüedad. (Un avión de Japan Airlines con 379 pasajeros aterriza envuelto en llamas)
En contra de lo habitual, Airbus emitió un comunicado en el que se congratula porque no hubo víctimas en su avión, aunque lamenta los cinco fallecidos en el pequeño avión contra el que colisionó el A350. (Hecho cenizas: así quedó el A350 de Japan Airlines tras el terrible incendio)
Indudablemente, ayer el fabricante estuvo a punto de sufrir un grave traspiés en su imagen pública, precisamente con su avión más emblemático.
En ningún momento pareció que el avión o el fabricante hayan tenido responsabilidad alguna en el siniestro, pero esto en cierta medida es menor cuando un avión se estrella. Y ayer, el A350 estuvo a un tris de estrellarse. Que el balance fuera tan positivo es una fortuna para Airbus.
Desgraciadamente, los viajeros del otro avión han fallecido, lo cual es tremendo. Pero, más allá de esto, y más allá de las responsabilidades, lo que salvó por poco Airbus fue estar implicado en un siniestro tremendo.
Tal vez por eso el comunicado, inusual en estos casos, sobre todo porque nadie en ningún momento atribuyó responsabilidad alguna a un fallo técnico del fabricante del avión, extremo que no parece para nada probable.
Y otra cosa....
Los milagros es lo que está temporada se lleva por estos lares.
Los japoneses parece que son más descreidos y por eso confían más en tripulaciones bien entrenadas.
Un detalle muy importante, los pasajeros no llevaban los equipajes con ellos, son más de facturar. Es más seguro.
Esa era la tendencia hasta que una conocida y mal llamada low cost puso de moda subir al avión con toda la ropa del armario puesta y la maleta con las costuras reventadas.
Ten en cuenta que en el equipaje de bodega suele haber bastantes robos. En el que llevas encima, ninguno.
"Bastantes" Claro que sí hombre, y qué más.
Y en el mundo real muere gente en accidentes de avión por culpa de los que no quieren salir sin el troley, las compras del duty free, el bolso y el abrigo ni aunque la gente se esté quemando viva en la parte de atrás del avión.
Se salvaron 379 pasajeros, Airbus ni ganó ni perdió, es una colisión con otro avión.
El pequeño avión es, ni más ni menos que un Bombardier Dash DHC8-315 MPA, de pequeño nada. El competidor del ATR42 aparato de 40 a 50 pax cómo los que utiliza Swiftair. El mismo que el payaso del árbol más grande de las navidades despreciaba por no ser un reactor.
Por cierto, los “viajeros” del otro avión, eran funcionarios de la Guardia Costera -para las entendederas del articulista, cómo si fueran de la UME- que acudían a socorrer a los afectados por el terremoto de 7,5º en la escala de estólidos.
El módulo final, es todo un alarde de cierre al buen periodismo, serio, objetivo y profesional muy profesional, vamos, de película de Torrente.
Airbus podría haber sido más neutro y reactivo, y anunciar que empezará a trabajar en un sistema de alerta a la tripulación ante incursiones en pista en despegues y aterrizajes.
No parece mucho pedir cuando los automóviles (de media-alta gama) que salen de fábrica lo hacen con avisos de cambio inadvertido de carril, frenada automática de emergencia, etc.
Los Airbus son como la buena madera de las chimeneas. Tardan en arder, pero cuando lo hacen, es difícil de apagar el fuego.
Los bomberos estuvieron 6 horas descargando espuma y agua sobre el avión hasta apagarlo. Quizás empezaron a descargar algunos minutos tarde. Relatan que la llegada de los equipos fue sobre los 6 minutos.