Los hoteleros y agentes de viaje de Ecuador cuantifican en un sesenta por ciento la pérdida de reservas turísticas procedentes del extranjero, según informan los medios locales. La crisis se produce después de que el 9 de enero los grupos narcotraficantes lanzaran una serie de atentados terroristas que provocaron la declaración del estado de guerra interna por parte del Gobierno de Daniel Novoa que, entre otras cosas, implica el toque de queda en todo el país (Ecuador, casi cerrado al turismo internacional).
Mauricio Letort, el presidente de la Federación de Hoteleros de Ecuador, declaró a los medios locales que en la primera semana del toque de queda perdieron aproximadamente el 60 por ciento de las reservas y que esta semana, la segunda, se mantiene la misma tónica.
Los agentes de viajes, por su parte, confirman que las cancelaciones de viajes son numerosas pero, en sentido contrario, hablan de un aumento de la demanda de viajes por parte de los ecuatorianos que buscan cómo dejar el país.
Mónica Heller, la presidenta de la Cámara de Comercio del país, ha pedido al gobierno que aplique medidas extremas de forma selectiva. “Queremos que se apliquen estas medidas, pero sólo en los lugares de riesgo y no en lugares en los que no existen problemas”, de forma que pueda reiniciarse el turismo.
El presidente de los restauradores, Diego Vivero, incide en el mismo punto, comentando el absurdo de que las islas Galápagos mantengan el aislamiento completo cuando en el año pasado no hubo un solo acto de violencia.
Pebel Muñoz, el alcalde de Quito, ciudad que tiene un patrimonio histórico muy atractivo turísticamente, ha pedido a los internautas que escriben en redes sociales que no cuenten mentiras porque eso se refleja en la pérdida de turistas.
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