Tras 25 años, Ryanair echa al último rival de su ‘gran ruta’

Ryanair empezó antes de que Michael O’Leary estuviera al frente. Y era un desastre, sin modelo y sin rumbo. Cuando O’Leary se hace cargo, apuesta por las rutas entre Irlanda y Gran Bretaña. Su gran ruta, la preferida, la más popular, es Dublín-Gatwick, al sur de Londres. Allí es donde empieza a operar en serio y desde donde compite con las ‘grandes’ (Ryanair se lanza a la conquista del handling en España).

En esa conexión estaban desde siempre British Airways y Aer Lingus, las dos aerolíneas de bandera de los dos países. Pero pronto empezaron a acusar la competencia: no se puede mantener una ruta si el rival pone precios irrisorios. Y eso que Ryanair no tenía por entonces ningún enlace más de importancia.

British Airways se terminó por esconder en Heathrow, aduciendo que así llevaba a los pasajeros irlandeses que quieren volar en su red mundial. Y Aer Lingus hizo lo que pudo para sobrevivir, aunque siempre en malas condiciones.

Hasta ahora. Aer Lingus ha confesado que va a abandonar la batalla porque no hay manera de competir. Al final de marzo será el último vuelo en el que se podrá ver el trébol de la irlandesa.

La compañía, que es propiedad de IAG desde hace unos años, ha admitido que el cierre de la ruta es por razones de “performance”, o sea de resultados. Los viajeros que tengan billetes tendrán una oferta de vuelo alternativo o el reembolso.

En minutos salió Ryanair a las redes para decir que, con ocho vuelos diarios en cada sentido, los clientes no tienen que temer y puede cambiar a su compañía. “Estaremos encantados de dar la bienvenida a todo pasajero de Aer Lingus que tuviera pensado volar a Gatwick”.

Aunque Gatwick es otro aeropuerto de Londres y que para un viajero a la capital Heathrow puede ser una alternativa, es el aeropuerto también para el sur del país, abarcando localidades como Canterbury, Brighton o Southampton que, de hecho, se quedan sin conexiones a Irlanda con Aer Lingus.