La economía española descansa en una décima parte en el turismo. Esa es una fortaleza porque es una diversificación que no depende de los mismos factores que la industria o la agricultura y que, por ende, evoluciona a su aire. Suele ir mucho mejor cuando hay estancamiento en España, porque depende de viajeros extranjeros y, como ocurrió en el Covid, es muy sensible a ciertas crisis, lo que también supone un punto débil.
La feria Fitur de este año es ya definitivamente la de la recuperación tras un periodo de tres años ‘largos’ en los que la pandemia de coronavirus amargó la vida de todos (Fitur batirá récords de participación con cerca de 250.000 asistentes).
Pero el regreso está siendo nuevamente brillante: el turismo sigue adelante.
Y sigue adelante porque todos queremos conocer el mundo. Porque todos queremos viajar. Porque todos queremos estar en ese lugar bonito.
El único nubarrón que tiene el turismo es su sostenibilidad. Ya sabemos que todos dicen ser sostenibles, pero en sí es una actividad muy complicada de aguantar. No es sencillo recibir millones y millones de viajeros y no perder incluso la esencia cultural. El éxito es tremendo para los destinos turísticos porque supone la presencia masiva de gente, el cambio de los gustos y, en definitiva, la pérdida de la identidad.
Pero es lo que hay y lo que todos estamos queriendo que ocurra.
Fitur este año vuelve como nunca, poniendo a España en punta.
Es una fortaleza … porqué es una diversificación.!!!
Seguro.??? Cómo diría el analista económico de cabecera, analicémoslo.
Ciertamente, poner un 12,3% de huevos del PIB Nnal en la misma cesta lejos de ser una fortaleza, no deja de ser un lastre en nuestra economía máxime cuando las previsiones del Sector apuntan para el 2026 un crecimiento hasta el 13,5%. Ósea, directos hacia el meteorito. La dependencia economía del Modelo de éxito es de tal calibre qué en caso de una nueva recesión o pandemia -que llegará, porque todo es cíclico- pondría a la economía española en serios apuros cómo ya se constató con la pasada Crisis.
El recurso naif onanista que todo lo puede de conocer mundo, viajar, lugar bonito, representa el culmen de las carencias ideológicas, máxime cuando se achaca a la “sostenibilidad” la responsabilidad del posible freno a un crecimiento infinito; más bien, representa la imagen de un estólido degustando un helado de marca en las playas de Doha que a cada cucharada se derrite perdiendo toda su esencia imposible de “aguantar” porqué la termodinámica tiene unas reglas muy precisas y constantes.
Hacer una Oda al Sector de la Felicidad sin pringarse de contradicciones, es cómo tapar con un dedo el Sol mientras te achicharras cómo un inglés en las Playas de ídem de lienzo.
Sin embargo, este pavo se habrá pasado un par de días en la Capital del Reino, comiendo a cuatro papos, bebiendo de gañote hasta las trancas y disfrutando de multitud de meretrices llegadas de todos los rincones a hacer su propio agosto.
Menudo blanqueamiento de una Feria que encubre las mayores perversiones humanas de poder, dinero y vicios.