Los organizadores de Fitur deslizaron la semana anterior a celebrarse el evento, durante la rueda de prensa para su presentación, que se habían convertido ya en "la mayor feria turística mundial", aunque el ex Globalia Juan Arrizabalaga, hoy director de Ifema, lo dijo como de pasada, sin darle todo el realce que este hecho implica.
Los 250.000 asistentes en cinco días --unos 150.000 profesionales y unos 100.000 el fin de semana--, con casi 7.000 periodistas, acreditan que la feria madrileña haya superado en afluencia a las que históricamente parecían insuperables como sobre todo la ITB de Berlín, y la WTM de Londres.
El cierre de ambas por la pandemia se apunta como motivo clave entre el declive de la alemana y la inglesa, en contraste a la española que no se dejó de hacer en ningún año, en parte por el empeño del empresario turístico español más importante como es Gabriel Escarrer (Exceltur y Meliá), con el apoyo de Iberia (clave como cabeza organizadora del evento).
Hace dos años, en la edición más discutida, y contra el criterio de una buena parte del sector, Gabriel Escarrer dio un empujón trascendental a Fitur como anfitrión del presidente dominicano Luis Abinader, acompañado en ese 2022 por otra autoridad cada vez más creciente en el sector como es Encarna Piñero (Inverotel y Bahía Príncipe, y reconocida hace poco por REPORTUR como una de las 20 líderes en América con mayor protagonismo), a quienes en su peso ascendente se viene uniendo también la más discreta Sabina Fluxá (Iberostar) (Los 20 líderes turísticos de América con mayor protagonismo en 2023).
Pero junto a la celebración ininterrumpida de Fitur, también subyacen otros motivos que explican el nuevo estatus de la feria madrileña. Uno de ellos es que, ya previo a la pandemia, la ITB, marcada por su globalidad, venía dando muestras de declive ante la pujanza de citas en Arabia o Asia. La guerra en Ucrania, que ha acentuado la fragmentación mundial en bloques, ha reforzado este fenómeno, con los rusos más cercanos a Oriente Medio y Próximo ante el veto europeo, y con la economía teutona más afectada por su dependencia energética de Moscú.
En el caso de la WTM, el Brexit aflora igualmente como un motivo clave, a la vez que Londres ha ido perdiendo su rol como capital para oligarcas y también para jeques, que ya gozan en destinos como Dubai una buena parte de delicias gastronómicas y otros placeres multiculturales que antes solo acaparaba la capital británica.
El salto de Fitur, así, también se produce por la evolución de las ferias desde la irrupción de Internet y la contratación hotelera para la que inicialmente estaban enfocadas. Así, ahora se ven más como encuentros que favorezcan inversiones y alianzas, y con un foco por tanto más regional y de afinidad cultural, para lo cual España goza de la ventaja de su vínculo con Latinoamérica.
La inmigración latina en España, como enfatizó un reciente análisis de 'Desarrollo' (Las residencias de jóvenes desplazan a los hoteles en el atractivo para los fondos), viene suponiendo una fortaleza para el país, en contraste a la que reciben otras potencias europeas, donde se generan problemas de convivencia ante la elevada proporción de no nativos que comulgan con religiones monoteístas y creencias culturales que difieren en aspectos tan fundamentales como el papel social de la mujer.
Así, el hito mundial de Fitur supone para España otra victoria gracias a un sector sobre el que especialmente Arabia ha querido amenazar el liderazgo patrio, con una intentona fallida para llevarse la sede de la OMT a su territorio, de igual modo que viene pretendiendo con el otro gran activo nacional como es el fútbol, donde también padece reveses recientes como los deseos de salida de algunas estrellas arrebatadas a la Liga y al Real Madrid como Karim Benzema, tras comprobar que el clima allí no es tan agradable como el ibérico.
Fitur, de este modo, permite a España anotarse un nuevo tanto internacional, y lo hace gracias a un sector que pese a ello no deja de ser denostado a la menor ocasión, pues una facción sociológica insiste en centrarse solo en lo negativo, como su estacionalidad, la saturación, la "muerte de éxito" --aunque sea mejor que hacerlo de hambre--, o la precariedad.
Las plataformas para amplificar estas corrientes, sin embargo, no dedican ni una sola línea para citar la petición unánime del sector en reclamar al Gobierno que deje de ser marginado a diferencia de otros once subsectores sin un PERTE de fondos europeos, precisamente para elevar la calidad de la infraestructura mejorando la sostenibilidad (#perteTURISMO).
El turismo español se ha visto beneficiado de que alemanes, británicos o franceses han preferido evitar los grandes destinos rivales como Turquía o Egipto para no coincidir con los rusos, y de ahí el énfasis en renovar el producto para cuando se diluya esta coyuntura.
Además, como reveló un reciente reportaje de Preferente, la transformación a la que aspira la economía española hacia un mayor peso tecnológico solo tiene como opción más realista el avance en esa dirección usando a la industria turística como base. El texto, así, remarcaba que el sector líder del país ya ejerce su efecto tractor pues a su alrededor han crecido gigantes digitales como los mayores bedbanks o GDS de Europa, demostrando que la riqueza turística es la que genera un ecosistema sobre otros segmentos complementarios (Fitur: el Turismo, base desde la que transformar la economía para digitalizarla).
Los mensajes de los líderes del sector se han concentrado por tanto en erradicar los males de la gestión política del Turismo como han sido su fomento del nocivo alquiler vacacional o de la mala planificación con unos cruceros que apenas aportan empleo local o impuestos. Sin embargo, algunos periódicos locales, incluso este mismo domingo, recogen en Mallorca voces de quienes critican a los hoteleros hasta por coincidir con ellos mismos en sus reproches al sector.
Fitur, en cualquier caso, ha logrado sin demasiada exaltación que vaya calando su nuevo liderazgo mundial, aunque este lugar de privilegio para España siga sin traducirse desde diversos espectros en el menor reconocimiento a las bondades del sector como el sustento de los servicios públicos, del sistema del bienestar, y de la estabilidad social del país (Un Rey erigido en líder político estrena en Fitur el relevo en la Casa Real).
Lo Pais sin criterio alguno