Algunos países y sus habitantes no son conscientes de la importancia del beneficio que se obtiene del turismo cuando se consigue de forma responsable. Siempre coincide con el bien común y permite alcanzar la posición de independencia económica.
No hay inversión con grandes beneficios que no se consiga con la educación de un país.
Hoy en día veo con cierta zozobra la lamentable decadencia del espíritu de sus gentes. Donde antes existía la perseverancia y el ingenio, ahora deambulan la apatía y la desesperación. Donde antes reinaban los emprendedores, ahora usurpa su lugar un sentimiento mendicante. El trabajador ha quedado reducido a la condición de mendicante. Cada vez sus gentes dependen más del gobierno para mitigar la situación que crea ese mismo gobierno, sin darse cuenta de que esa dependencia perpetúa la lamentable situación.
El turismo se retroalimenta a sí mismo, haciendo posible que se difumine la pobreza y se engrandezca un país.
Me adentro a escribir estas palabras en estos años que me quedan, no con nostalgia de todo lo que no es más que el pasado, sino con emoción por lo que todavía está por venir.
La opinión mundana que se ha cargado la Industria de la Felicidad la han alimentado Uds. mismos, los Popes del Sector, los Díaz-Ferran yonkies del dinero.
Han estirado tanto el chicle que se han cargado la gallina -de los huevos de oro-, los egresados de la Escuelas de turismo, cómo rookies eran explotados un par de años hasta que cansados y aburridos de las jornadas interminables y sin cobrar ni cotizar, abandonaban a otros puestos donde brillase la seriedad. No cundía el pánico, una legión de nuevos titulados eran vomitados por las Escuelas que cubrían las plazas vacantes hasta la decepción. En vuelo, la rotación de plantillas velaba armas por la misma senda, gente que en las postrimerías de sus licenciaturas se embarcaban otro par de años para soltarse en eso de las relaciones humanas y vivir la aventura del carry on, antes de dedicarse a sus verdaderas vocaciones y profesiones. Así, ad infinitum.
Antes, un médico, un abogado, un ingeniero, un piloto, un controlador aéreo, eran gentes con un prestigio y en consecuencia con unas remuneraciones en consonancia; hoy, son mendicantes gracias a Uds. los liberales, muy liberales y mucho liberales de vidas ajenas, de la productividad, la competitividad, del informe minucioso y diario a la instancia superior y si no le gusta el Sistema … puerta.
Hasta tal punto ha llegado la tontería nivel estólido que en otro tiempo no muy lejano, un camionero, un conductor de tren, un ferrallista, un vendedor de grandes almacenes, se ganaba muy bien la vida y sacaba adelante a su familia con sacrificios, pero adelante. Desde un camarero semi analfabeto que acababa su carrera laboral en Jefe de sala, a un vendedor Jefe de planta o de Terminal de aeropuerto.
El ansia viva, con su agenda elitista, se ha cargado de un plumazo en muy pocos años la Clase media, media y por ende, el prestigio de la inmensa mayoría de profesiones y profesionales, porqué tan digno era poner escayola con una plomada perfecta, cómo tirar una caña en su justa medida y el empresario cuidaba a sus empleados cómo merecían, salario, respeto, descansos y promoción laboral.
Hoy, en un medio de difusión Nnal, viene un interesantísimo art. sobre el nepotismo en las Universidades públicas, cátedras, tesis, postgrados, etc; pero lo más interesante cómo siempre, los comentarios. No hay más que fijarse en los apellidos de sagas familiares del Sector turístico que NO sueltan la cuchara y la defensa a ultranza que este Medio hace sistemáticamente de ese diputado del Partido del Pueblo que heredó la plaza en la Carrera de San Jerónimo, directamente del abuelo. Pues así, todo,
No uses el chatGPT para escribir tus comentarios 🤣
Pero qué poquita imaginación tenéis los haters para desacreditar opiniones.
Usa HS … por aquello de la “caspa” en la casbah. 🥱