Ramón Aguiló fue un gran alcalde de Palma y un distinguido socialista que mandó al partido a freír espárragos harto de aguantar el sectarismo y la nadería de Francina Armengol. A Aguiló lo secundaron otros prestigiados cargos del PSIB que tampoco se sentían nada cómodos con el liderazgo de una política que había dinamitado la línea socialdemócrata marcada por el preceptor de todos ellos, el templado Félix Pons. La fuga de los compañeros talentosos y coherentes le importó un carajo a una política la mar de feliz con sus socios comunistas, pancatalanistas y ecosoberanistas. Para tener una idea certera sobre la presidenta del Congreso, lean los artículos en Diario de Mallorca de Ramón Aguiló, el que mejor la conoce.
La cabeza visible del socialismo balear es arribista, traicionera, muy mentirosa y un tanto mendaz. Arribista, por no querer a Pedro Sánchez como secretario general del partido (defendió a Patxi López) y acabar haciéndole carantoñas. Traicionera, por dejar en la cuneta hasta a su compañera del alma y fatigas, la también ex alcaldesa Aina Calvo. Mentirosa, por no tener la gallardía de cumplir lo que promete y no reconocer sus errores. Y mendaz, por ignorar a un periodista circunstancialmente en silla de ruedas con el que se encontró en Fitur por el hecho de ser crítico con ella. Este era el currículum de Armengol antes de acceder a la Carrera de San Jerónimo.
Con esa sonrisa de botarate, Armengol engañó a los hoteleros en repetidas ocasiones, toleró los ataques desaforados al turismo de sus compadres del Parlament y permitió que accedieran a la principal consejería del Govern a dos políticos contrarios al Sector, ambos del partido proindependendista Mes. De los dos, uno fue obligado a dimitir por viajar a Dominicana a gastos pagados por el dueño de Globalia y otra, la sucesora del cesado, reconoció públicamente que no acudía a la ITB porque priorizaba un acto de partido en Barcelona en plena refriega separatista. Todo lo anterior no ha sido investigado por la Guardia Civil: es público y notorio.
No os metáis con doña Francina. Está esperando para dimitir por el escándalo de los abusos sexuales a las menores tuteladas por el gobierno que ella presidía , el 8 de marzo coincidiendo con la gran festividad de las mujeres empoderadas. Quiero verla con doña Begoña y una gran pancarta defendiendo la libertad y la dignidad de la mujer que cuando dice No, es no. Todo ello, bajo el patrocinio de Don Pepe Hidalgo, reconocido feminista.
Oído cocina.
Sobre todo es "eurista", le gustan los euros una barbaridad.