Imserso: vergüenza de (muchos) pensionistas

No es justo generalizar: hay gente muy razonable, muy lógica, muy comprensiva y hay gente impresentable que, dada su condición de mayores, exageran cualquier problema (Imserso: qué deben hacer los pensionistas si les cambian el hotel).

Digo esto porque en torno a los viajes del Imserso se oyen habitualmente unos quejidos y unos llantos absolutamente fuera de lugar. Un retraso, un cambio de categoría, un problema con las reservas es algo que puede ocurrir y que ocurre. Hay que tener cierta comprensión. No es normal que un retraso en un vuelo provoque un mar de quejas, cuando un retraso por razones técnicas puede ocurrir y nos ocurre a todos.

En concreto, me parece vergonzoso que con los precios que se pagan, muchos viajeros pongan el grito en el cielo por cualquier fallo en el hotel o por un cambio de categoría. Admitiendo que hay unos mínimos que se tienen que respetar, pocos colectivos se quejan más precisamente que quienes viajan más barato, pagados por los demás españoles. Algo de aguante, algo de tolerancia, algo de prudencia no vendría mal.

Habría que poner algún punto en tanta sensibilidad exacerbada. Bien, no es el mismo hotel previsto, pero da la impresión muchas veces de que eso da igual, que había que quejarse, que armar un circo, y que si no fuera este el motivo, lo habría sido cualquier otro. Desgraciadamente, da la impresión de que para algunos la queja es parte de las vacaciones.

Las cosas en su sitio significan que deberíamos ser más razonables, sobre todo si miramos los precios que se pagan.