La venta de Air Europa a IAG no preocupa a nadie

La Comisión Europea tiene sobre la mesa dos expedientes de compra de aerolíneas europeas por aerolíneas europeas: la incorporación de Air Europa a IAG y, también, la de Ita al abanico de filiales de Lufthansa (Compra de Air Europa por Iberia: Bruselas reanuda el análisis).

En el caso español, no hay nadie que se oponga. Nadie en España, por supuesto. Ni en Europa. Ni Lufthansa, ni Air France, los grandes competidores de IAG tienen nada que decir porque ellos mismos están inmersos en operaciones similares. De hecho, Carsten Sphor, el máximo ejecutivo de Lufthansa, se pronunció públicamente a favor. En el caso de Ita, la postura de Air France no es tan inequívocamente favorable, porque el poder que adquiere Lufthansa en ciertas rutas europeas podría ser demasiado grande, pero no se ha posicionado (Italia: “Europa se ha vuelto loca contra Lufthansa e Ita”).

El problema de las dos operaciones podría haber venido de las compañías regionales europeas, las que no buscan las rutas ni con Estados Unidos ni con Sudamérica. Fundamentalmente una, la líder, Ryanair. Pero también el jefe de Ryanair se ha posicionado a favor. Porque sabe que tanto la absorción de Ita como la de Air Europa permitirá repartir slots para que Ryanair pueda crecer en Madrid o en Milán. Easyjet, naturalmente, piensa lo mismo, mirando sobre todo a Linate. Y hasta Volotea y Binter creen que algo siempre les va a caer (Ryanair: “Nos gustaría abrir 40 o 50 rutas en Madrid”).

Hay un argumento inteligentemente expuesto por las grandes europeas: si no hay consolidación, si las tres grandes intercontinentales europeas no crecen, no tienen futuro. Porque Europa es poco en el ámbito global y, porque en esa situación, es ridículo contar con decenas de aerolíneas débiles. Ya hay mucha competencia a nivel global, pero no con Air Europa ni con Ita sino con Turkish, Qatar, Emirates, American, Delta, China Southern o incluso Japan Airlines.

¿Por qué la Comisión Europea habría de buscarse enemigos defendiendo un concepto de competencia que no está escrito en ningún lugar?

Por los consumidores. Es obvio que en el caso de las rutas nacionales, IAG da por hecho que deberá ceder slots. Por lo demás, la desaparición de Air Europa o su incorporación a la marca Iberia, o su control por IAG, supondrá que en muchas rutas con Sudamérica habrá una posición dominante muy poderosa. Y eso tendrá su impacto en los precios. Pero claro, el viajero latinoamericano no está en la lista de las prioridades políticas europeas.

Y, además, siempre se puede decir que durante décadas, Iberia tuvo el casi monopolio de las rutas entre Sudamérica y Europa. En un tiempo competía con Varig y Lan Chile; después con Tam y finalmente con Latam. Con Aerolíneas Argentinas es imposible competir porque su reino no es de este mundo y la agresividad comercial no es lo suyo. Lo demás, Air Madrid, Spanair, BoA, Pluna o incluso Avianca, han tenido limitado poder para competir, sobre todo por abarcar muy pocos aeropuertos. A Montevideo, Quito, Lima, Caracas o la mayor parte de Centroamérica y Dominicana, durante mucho tiempo, sólo se podía viajar con Iberia desde Madrid. Si no, había que ir por París, Miami o Nueva York, lo que era una peripecia loca.

Es decir que políticamente, en la mesa de la Comisión Europea apenas hay argumentos en contra de la absorción. Sólo hay que salvar la cara y hacer una interpretación del concepto “competencia” un poco laxo. Porque en ningún lugar dice cuántas aerolíneas han de volar a un lugar para que se pueda decir que hay competencia; ni en ningún sitio dice qué cuota de mercado es excluyente. En incontables rutas europeas vuela sólo Easyjet. O sólo Ryanair. O sólo una ‘legacy’, sin que pase nada, porque esto de la competencia al final es indefinible.

Desde el punto de vista de las relaciones públicas, asunto de la máxima prioridad para Bruselas, IAG ha jugado bien: no ha hecho ruido, se ha mostrado dócil, dispuesta a seguir las instrucciones, dando por hecho que va a tener que renunciar a rutas, especialmente en el corto radio europeo. Lo de que se potencie a Air France a Latinoamérica hace menos gracia, aunque la posición de Barajas, en este sentido, y el poder del flujo migratorio de Sudamérica a España, siempre favorecen a Iberia y Air Europa (La estrategia de Iberia para hacerse con Air Europa).