Lleva tantos años en obras, que la condición natural de la iglesia de la Sagrada Familia de Barcelona es la convivencia con las grúas. Sin embargo, tras tanto tiempo, da la impresión de que en dos años, por fin podrían concluir las obras, cuando la torre de Jesún, de 172 metros, esté concluida. Para entonces, el templo podría inaugurarse definitivamente.
Esteve Camps, el presidente de la fundación que dirige las obras, dijo que aún queda un problema sin resolver y que bien podría complicarlo todo: Gaudí diseñó una escalera de grandes dimensiones para acceder a la iglesia, en la fachada, cuya construcción no se ha llevado a cabo. De hecho, el ayuntamiento no está muy interesado en avanzar en el desarrollo de esa escalera porque ello implicaría la expropiación y el derribo de varias viviendas que se encuentran donde debería situarse la misma.
Los herederos de Antoni Gaudí, el arquitecto, consideran sin embargo que el templo debe de ser desarrollado en su integridad tal como lo había pensado el arquitecto, con lo que la fecha de 2026, como suele ser habitual en estos proyectos, sería una fecha tentativa, que bien podría aplazarse.
No obstante, la Sagrada Familia lleva años y seguramente continuará siendo una mina de oro con la que se pueden financiar cómodamente las obras interminables y, por supuesto, se podría expropiar todo el barrio.
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