Ayer por la mañana, de nuevo, miles de personas que pretendían dejar Mallorca se encontraron con interminables atascos en los controles de seguridad del aeropuerto. Debió de haber más de un caso de pérdida del vuelo por culpa de lo que ocurre en el acceso a la zona segura de la terminal de Palma (Ryanair advierte del riesgo de colapso en el aeropuerto de Palma).
“Lo que ocurre” es la forma de definirlo, porque nadie le llama “huelga”, ni “protesta”, ni “mal funcionamiento del sistema”, ni “cambio de procedimientos”. Todos niegan que ocurra algo anormal. Incluso, que ocurra algo. Empezando por Aena. Y siguiendo por el Ministerio de Transportes. Y por los políticos de Baleares que, de haber sido una foto positiva, habrían aparecido corriendo para salir en la imagen. La empresa titular del servicio tampoco tiene ni idea de que haya un problema. Aquí nadie responde.
Sin embargo, al mismo tiempo, todos los ciudadanos pagamos con nuestros impuestos que vengan a las islas ochocientos policías para garantizar la seguridad de los presidentes de los parlamentos de países europeos, que han venido de turismo a Baleares. Digo “de turismo” porque un presidente de parlamento no tiene autoridad alguna ni siquiera para presentar una moción en nombre propio en la cámara que preside, por lo que los debates, de haber sido escuchados por alguien, serían intrasladables a la realidad. Por no repetir la agenda, redactada por alguien que estaba bajo efectos extraños.
Por ejemplo, la presidenta del Congreso, de haber recogido alguna idea en estas reuniones, no habría podido hacer nada porque el Congreso, como todos los parlamentos, no da lugar a las iniciativas de la presidenta. Lo que significa que han venido de vacaciones. Literal. Y, por supuesto, sin sufrir los incómodos atascos del control, porque ellos van por las salas de autoridades. Muy campechanos, pero ellos por sala de autoridades, claro.
Y, para ello, ochocientos policías nacionales, mientras los que financian todo esto con los impuestos están atascados en las colas del aeropuerto, sin saber por qué, sin explicaciones, sin indemnizaciones, sin compensaciones, sin disculpas.
Observen que si en lugar de ser las autoridades las que tienen este conflicto fueran las aerolíneas, ellas sí no tienen que indemnizar. Una cosa son las leyes para los privados y otra para el sector público, porque Aena es pública y porque es ella la que tiene este lío que niega descaradamente.
Francamente, indignante. Propio de país bananero.
Pero es que Sánchez es taaaan guapo
Estrategia genial para que no vengan tantos
Olé olé y olé ! Ya era hora que preferente escriba algo digno de ser leído !
Javier no dices mas que verdades grandes.
Con la tropa que nos gobierna, es lo que somos un país bolivariano y bananero.