Las principales aerolíneas low cost que operan en España, que son además las primeras de Europa Occidental, han sido fuertemente sancionadas por las autoridades de Consumo en nuestro país (Multa histórica de España a Ryanair, Easyjet, Vueling y Volotea).
La noticia ha sido publicada en Europa por la mayor parte de los medios de comunicación especializados. En cada país europeo hay varios medios que publican noticias de aviación, tanto del largo como del corto radio, y que tienen mucho interés en una actividad que mueve millones de euros y, también, de personas.
Sin embargo, la noticia no ha provocado prácticamente ningún comentario. Observen que se trata de algo absolutamente importante porque estamos hablando que, de extenderse estas sanciones por otros países, simplemente el modelo caería. Si, por el contrario, únicamente es España quien aplica esta sanción, se puede decir que sus perspectivas de salir adelante son limitadísimas. Europa funciona como un mercado único en la aviación. De hecho, es un mercado único. Las aerolíneas, que en su gran mayoría operan rutas internacionales intraeuropeas, no podrían operar si en cada aeropuerto tuvieran una regulación diferente que es lo que parece que las sanciones españolas podrían estar introduciendo.
No obstante, el asunto de las normas del equipaje no es un tema desconocido en Europa: el Parlamento europeo ha estado debatiendo el asunto y astutamente siempre elude el punto crítico que es el tamaño del equipaje de mano. Exige que se permita llevar un bulto de mano, pero al no decir el tamaño y dejarlo en manos de las aerolíneas, deja vía libre a lo que está ocurriendo, donde cada una pone las medidas que quiere.
Habrá que esperar, pero por el momento, a nivel europeo, no ha habido para nada apoyos a la decisión de España. Ni críticas. Sólo indiferencia.
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Ojo al dato del razonamiento virtuoso.
Europa funciona como un mercado único en la aviación.
Las aerolíneas, no podrían operar si en cada aeropuerto tuvieran una regulación diferente.
El Parlamento europeo ha estado debatiendo el asunto y astutamente siempre elude el punto crítico que es el tamaño del equipaje de mano.
Exige que se permita llevar un bulto de mano, pero al no decir el tamaño y dejarlo en manos de las aerolíneas, deja vía libre a lo que está ocurriendo, donde cada una pone las medidas que quiere.
Conclusión. Cómo no se podría operar según las “restricciones” de cada País, que cada aerolínea regule su modelo de negocio basado en el equipaje de mano, ya que eso último resulta intocable.
Modelo único para lo que interesa, para el resto, manga amplia.
La culpa de todo la tiene (redoble de tambor) … el Gobierno -y la europea???-.
Digno de Típ y Coll.
Pues, se trata de un fraude de Ley como la copa de un pino y las aerolíneas se revuelven amenazando: “si No nos dejan seguir robando a manos llenas, subiremos precios”. Esperemos que la próxima multa sea de 300 millones a ver si se aquietan.