En Estados Unidos, como en Europa, es obligatorio atender de forma especial a los viajeros en sillas de ruedas. Pero Barry Biffle, máximo ejecutivo de Frontier, cree que esto ha derivado en un abuso y un absurdo. “Hay un abuso brutal de estos servicios especiales. Viajeros que no necesitan la silla de ruedas para nada”, dijo en Nueva York.
Biffle asegura haber visto vuelos con hasta 20 personas requiriendo estos servicios en la partida y apenas tres en la llegada a destino. Bromeó con que la aerolínea y el vuelo cura la discapacidad, al parecer.
Cada viajero de este tipo cuesta a la compañía entre 30 y 35 dólares. “Todo el que lo necesite debe tener una silla, pero debería haber sanciones para quien abuse de este servicio”, añadió.
La razón por la que esto ocurre es que se evitan colas e incomodidades y son transportados directamente al avión. El director de Heathrow Airport también hace misma acusación. Y lo demuestran porque en llegadas, donde no hay colas, los pasajeros dejan de necesitar la silla.
Algún viajero ha explicado que puede darse el caso de que partiendo de un gran aeropuerto necesite silla mientras que si llega a uno pequeño ya no sea necesario. No obstante, las propias personas con minusvalía afirman que “los abusadores deberían enfrentarse a las consecuencias”, aunque señalan que hay problemas con aquellos cuyas discapacidades no son visibles.
Es un abuso, pero la autoridad competente, es decir, la administración pública tarda siglo y medio en poner solución a cualquier conflicto. Aquí se le podría dar solución de la noche a la mañana, y que las sillas de ruedas solo se pudieran pedir bajo prescripción médica. Muchas de las personas que abusan y las usan para cambiar de terminal más cómodamente, se verían abocadas a hacerlo por ellos mismos, pero claro es muy cómodo que me lleven y me pasen los filtro a mi a mi acompañante. Una vez aprendido el truco, estos caraduras utilizan estos servicios una y otra vez.
Una vez vi en mi vuelo como una madre con dos niños había pedido una silla para que llevaran a su niño, el cual andaba perfectamente, pero claro era mucho más cómodo para ella y sus tres maletas de cabina. No pude morderme la lengua y le dije dos cosas bien dichas.
Hay mucha gente que no la necesita pero no hay control. Se deberia solicitar parte medico, para evitar sinverguenzas y demas caras duras.
El carma les castigara, y algunos las necesitaran de verdad y de por vida.
Si que es un abuso, si.
Lo que ocurre es que en esto hay varios tipos de abuso. Está el que abusa porque en realidad no necesita ese servicio y está el que cobra con la excusa de que da ese servicio.
Para lo primero hay solución sencilla, presente usted algún tipo de documento oficial que demuestre que lo requiere como existe para las plazas de parking u otras cuestiones.
Lo segundo es más complejo porque en realidad con la excusa de ese servicio, también ocurre con los filtros de seguridad, se esconde un lucrativo negocio y una fuente de recaudación.
En cada billete de cada pasajero está incluida, sin que el pasajero sea consciente, una tasa para cubrir ese servicio. Todos los pasajeros, no sólo los que lo utilizan y son algún centenar de millones de pasajeros cada año los que pasan por los aeropuertos de aena a razón de algo más de un euro por cabeza. O sea que se recaudan varios centenares de millones de euros.
¿Servicio o recaudación encubierta?
Es encubierta porque los políticos europeos ya se encargaron de legislar para que los ciudadanos no sean conscientes de que cuando pagan algo por una parte importante de ese pago son responsables los políticos y no la empresa.
Cuando las cías, en especial la conocida, tenían un Servicio Médico estas cosas no sucedían. La petición de la asistencia -tres niveles con limitación del número por avión- iba acompañada de un informe médico a evaluar por el Servicio que aceptaba o denegaba la petición. La externalización de Servicios y la irrupción de Mutualidades y Aseguradiras en las cías, propician la desconexión ente la Atención al cliente (subcontrata) y el Servicio Médico (inexistente) que propician el fraude que aterriza en AENA que a su vez subcontrata a las cías el servicio. Un círculo virtuoso de eficiencia que por el camino deja muchas perras en bolsillos ajenos. Es el mercado, amigos.!!!
Creo recordar en Francia, que primero se paga el servicio y luego el beneficiario entrega los justificantes en la administración de su necesidad y le devuelven el dinero. Seguro que se hacía una mejor gestión y se evitaba el pillaje.
Se les cobra recargo y punto, y muchos empezaran a caminar.